¡Bienvenidos de nuevo, lectores de Hanami Dango! El pasado mes de junio Wit Studio celebró su décimo aniversario y hemos decidido aprovechar tan ilustre ocasión para profundizar en este fantástico estudio. Muchos lo conocen por ser el que dio vida a la adaptación animada de Ataque a los Titanes. Otros lo tienen en el punto de mira por sus éxitos más recientes, como Ranking of Kings o Spy x Family. Sin embargo, diez años de vida han dado para bastante y en su repertorio encontramos otros títulos tan conocidos como El reino de los vampiros, The Ancient Magus’ Bride, Vinland Saga, Great Pretender o Vivy: Fluorite Eye’s Song. Todos ellos animes fantásticos con los que el estudio se ha ganado el favor de los aficionados.

Lo primero que haremos en este artículo será repasar la historia de Wit. Después buscaremos qué los caracteriza y destacaremos a aquellas personas que han llevado al estudio a ser quien es hoy en día. Por último, comentaremos sus más recientes líneas de trabajo para especular un poco sobre su futuro. ¡Empezamos!

El nacimiento de Wit Studio

En palabras de George Wada, presidente de Wit, los orígenes de la compañía se remontan a una habitación sin ventanas y con solo cinco trabajadores. De aquella no se llamaban Wit Studio, sino Sección 6, y eran un departamento más dentro de la estructura del estudio Production I.G. Este equipo se había destacado trabajando en animes como Sengoku Basara, Kimi ni Todoke, Guilty Crown o Psycho-Pass y estaba repleto de gente con talento.

Diez años de Wit Studio Reportaje_01 - Hanami Dango

Sin embargo, la Sección 6 no dejaba de ser un engranaje más dentro de la estructura de la compañía, por lo que estaba atada a sus compromisos y líneas de trabajo. George Wada y Tetsuya Nakatake, productores habituales a cargo del equipo, no podían evitar lamentarse por su falta de libertad a la hora de escoger a qué proyectos dedicar su tiempo. Llegado a un punto, comenzaron a plantearse la posibilidad de crear un estudio propio. Por suerte para ellos, los directivos de Production I.G no solo estuvieron de acuerdo con la idea, sino que incluso la apoyaron. Con el camino allanado y pavimentado, el 1 de junio de 2012 nació Wit Studio.

El estudio fue fundado como una subsidiaria de IG Port, la empresa matriz a la que pertenece Production I.G, por lo que mantuvo los lazos con su antigua casa. Tanto George Wada como Tetsuya Nakatake fueron puestos a cargo del retoño, con Wada como presidente, y lo primero que hicieron fue arrastrar con ellos a los principales integrantes del equipo previo. Eso incluyó a los animadores Takaaki Chiba y Kyōhei Tezuka, figuras clave del departamento de animación que han estado siempre presentes en los trabajos con mayor intensidad de Wit.

También consiguieron echarle el guante a Kyōji Asano y Satoshi Kadowaki, quienes han liderado al equipo de animación en múltiples ocasiones y han dejado la impronta de sus diseños de personajes en títulos tan importantes como Ataque a los Titanes o Seraph of the End, respectivamente. Estos y otros nombres muy admirados en la industria hicieron que aumentase el flujo de personal interesado en trabajar con Wit, permitiéndole afrontar proyectos codiciosos.

Entrando en la industria por la puerta grande

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Wit Studio todavía no se había fundado oficialmente cuando George Wada se encontró en el tren con unos carteles promocionales de un manga llamado Ataque a los Titanes. En esta obra se contaba la historia de un grupo de gente que se escondía tras unas murallas; murallas que simbolizaban al mismo tiempo su protección y su falta de libertad. Wada no pudo evitar sentir una conexión entre su situación laboral y la de los personajes en la obra, así que se interesó en ella.

Casualmente, por aquel entonces el manga comenzaba a cobrar popularidad y Kōdansha buscaba a un equipo de categoría para llevar a cabo una adaptación animada. La recién formada directiva de Wit decidió postularse. Tenían dos bazas importantes. La primera, que habían hecho un papel excelente con la espectacular animación de Guilty Crown, serie en la que el equipo había trabajado recientemente aún como parte de las filas de Production I.G. La segunda baza, que ya contaban con el de Tetsuro Araki (Death Note, Guilty Crown) para dirigir el proyecto.

La propuesta fue aceptada por la editorial y Wit lo anunció como el proyecto «Attack», que poco después se reveló como la adaptación animada de Ataque a los Titanes. Este sería el primer gran trabajo del estudio y aquel con el que se daría a conocer al mundo. Para sorpresa incluso de sus propios creadores, la serie se convirtió en un éxito abrumador que movió masas de aficionados —todavía las mueve— y atrajo nuevas generaciones al mundillo. No es nada descabellado decir que fue uno de los animes que marcó la década.

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Parte de su éxito tuvo que ver con el momento en el que salió, pues su estreno coincidió con una época en la que se habían dejado atrás los peores años de la crisis económica de 2008 y el mercado del anime estaba en plena expansión internacional. Esto ayudó a que la serie llegase a todavía más público e hizo furor tanto dentro como fuera de Japón.

La sombra del titán es alargada

Wit Studio difícilmente pudo empezar mejor su carrera en la industria. Paradójicamente, el éxito de Ataque a los Titanes resultó contraproducente en cierto sentido, pues creó unas expectativas inmensas y ató el estudio a la franquicia. La primera temporada del anime vio la luz en 2013 y, dada su popularidad, el público clamaba por una continuación. No obstante, para la compañía era imposible realizarla a corto plazo porque ya tenía otros proyectos planificados de antemano. Además, el nivel de animación que se había establecido en la primera parte había convertido la producción de la serie un auténtico infierno y el personal necesitaba un descanso.

Ese descanso nunca llegó y el estudio continuó produciendo animes a un ritmo no exageradamente prolífico pero sí constante. Algunos de esos primeros títulos (Hal, Rolling Girls y en menor medida Hōzuki no Reittetsu) quedaron completamente opacados por el éxito de Ataque a los Titanes, pero otros como El reino de los vampiros y Kabaneri of the Iron Fortress alcanzaron una razonable popularidad.

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Durante años, Wit cargó con la presión de tener que sacar en algún momento una segunda temporada de Ataque a los Titanes, pero no lo hizo hasta 2017, cuatro años después de la primera. Además, esta vez la temporada solo tuvo 12 episodios, pues ya había planes de sacar la tercera entrega en los siguientes años.

Entremedias, Wit estrenó un par de animes con menos carga de acción, pero que les permitió mostrar nuevas facetas de su capacidad como estudio. El primero fue The Ancient Magus’ Bride, una historia de fantasía con toques oscuros que estaba más centrada en la construcción de personajes y en plasmar la belleza de su maravilloso mundo. El otro fue After the Rain, un romance agridulce con mucho peso en la belleza y la carga significativa de los planos más íntimos de los personajes. Con animes como estos Wit demostró que podía hacer buenos trabajos también en otros géneros y con otro tipo de planteamientos.

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El renacer de Wit Studio

El 1 de julio de 2019 se emitió el último episodio de la tercera temporada de Ataque a los Titanes y con ello Wit Studio se despidió definitivamente de la franquicia, pese a que no había sido adaptada toda la obra. Era el fin de una era. La polémica se desató, pero si nos ponemos en contexto es fácil entender por qué se retiró del proyecto. El estudio había nacido para tener un espacio en el que trabajar aquello que realmente quería, pero Ataque a los Titanes consumía muchísimos recursos y les limitaba para otros proyectos. Además, las productoras no iban a aceptar otros cuatro años de espera y los tiempos que se pedían eran imposibles de cumplir sin comprometer los estándares de calidad.

Wit Studio rechazó continuar con la franquicia y quizás fue la mejor decisión que pudieron tomar. En primer lugar, porque haber aceptado esos plazos habría quemado por completo a su equipo. Y en segundo lugar, porque quedar libre de Ataque a los Titanes les permitió centrarse de lleno en su plan original de buscar proyectos atractivos y así potenciar una imagen de estudio versátil y capaz. Desde entonces la compañía ha iniciado una nueva etapa repleta de trabajos realmente interesantes. Algunos han salido maravillosamente bien, otros no tanto, pero pocos han pasado desapercibidos.

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Esta etapa ha traído animes originales como Great Pretender, Vivy o la reciente película de Bubble, pero también varias adaptaciones fantásticas como Vinland Saga, Ranking of Kings y Spy x Family. Muchos de estos títulos son fieros competidores a la categoría de mejor anime de sus correspondientes años, demostrando que la calidad del estudio está en alza. Sin embargo, quizás lo que más ha caracterizado a Wit en su época reciente es la valentía con la que han apostado por un repertorio de proyectos tan variado y complejo.

Con solo un puñado de animes, Wit ha tocado todo tipo de ambientaciones: Nórdica en Vinland, fantasía medieval en Ranking of Kings, Guerra Fría en Spy x Family, contemporánea en Great Pretender, futurista en Vivy y postapocalíptica en Bubble. También se ha enfrentado a distintos géneros (comedia, acción, drama, ciencia ficción) y ha puesto sobre la mesa estilos visuales de todo tipo. En realidad, esto no es nuevo, el estudio siempre ha apostado por la diversidad de estilos y géneros, pero ahora han conseguido hacerlo con animes muy exitosos. En solo tres años se han quitado de un plumazo todo atisbo de posible encasillamiento que se le pudiese haber atribuido durante la larga época de Ataque a los Titanes.

Ranking of Kings - Crítica Medieval - Hanami Dango

Espectacularidad e impacto como mantras

Wit Studio ha demostrado ser un estudio versátil, pero si en algo han destacado desde sus inicios es en su habilidad a la hora de componer escenas de acción espectaculares. Lo dejaron claro ya en Titanes, donde hicieron del equipo de maniobras tridimensionales su punta de lanza.

El director de la serie, Tetsuro Araki, tenía claro que quería exprimir al máximo las posibilidades que ofrecía el anime como producto de acción. A veces, incluso a costa de la calidad de escenas más tranquilas. Por suerte para él, contaba con buena parte del equipo que había creado Guilty Crown poco antes. Dos de ellos, Yasuyuki Ebara y Arifumi Imai, formaron el eje central del equipo de directores de acción. Y buena falta hicieron, porque en la serie metieron un montón de secuencias de animación vertiginosa, extremadamente complejas de hacer, en las que los personajes saltaban y volaban por los escenarios con la cámara siguiéndoles la pista a velocidad fugaz.

Durante sus primeros años, el estudio tuvo la costumbre de establecer un equipo específico para supervisar las escenas más intensas de sus animes. Es algo que vimos a lo largo de toda la franquicia Ataque a los Titanes con el equipo ya mencionado y con la incorporación de Takuma Ebisu en temporadas posteriores. También lo vimos en series como Kabaneri of the Iron Fortress, donde las riendas pasaron a las manos de animadores como Yuuko Sera. La estrategia se repitió, aunque en menor medida, en algunos episodios de Vinland Saga, Rolling Girls y El reino de los vampiros, animes que también contaban con sus dosis de acción desbocada.

Pero aun sin establecer un equipo específico para la tarea, Wit ha seguido demostrando el virtuosismo que puede alcanzar su animación siempre que ha podido. Ya sea en animes más movidos como Vivy, Vinland, Ranking of Kings o Bubble, o en series más tranquilas como Spy x Family u Onipan!, nunca falta alguna escena trepidante donde la animación gana vigor y se luce. Responsables de estos logros son directores como Daisuke Tokudo (El reino de los vampiros), Norihiro Naganuma (Magus’ Bride) o Shinpei Ezaki (Vivy), así como animadores como Ayumi Yamada (Ataque a los Titanes), Akiko Kudou (Vinland Saga), Toshiaki Miki (Vivy), Shinji Ochi (Bubble) o Megumi Tomita (Vampire in the Garden), por destacar solo unos pocos.

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Con todo, muchas de las escenas icónicas de Wit habrían sido imposibles sin unos buenos diseños de personajes. Diseños lo suficientemente sencillos como para resultar fáciles de animar, pero sin dejar de ser reconocibles y con presencia en pantalla. Estas características son las que llevaron a escoger los diseños de Kyōji Asano para Ataque a los Titanes, mientras que Kadowaki se ocupó de los de animes como El reino de los vampiros y Bubble. Otros nombres prominentes en el apartado diseño en Wit han sido los de Atsuko Nozaki (Ranking of Kings), Takahiro Abiru (Vinland Saga) y Katsuhiko Kitada (Hal y Rolling Girls).

Una miríada de mundos de extraordinaria belleza

Además de por la intensidad de su animación, Wit Studio también se ha destacado por la belleza de sus imágenes. A lo largo de sus obras el estudio ha recorrido infinidad de entornos y localizaciones, con ambientaciones de todo tipo, pero siempre dedicando especial cuidado a esta faceta. Esta preocupación por el apartado artístico es otra de las virtudes de la compañía, independientemente de que hayan tenido que buscar amigos externos para hacer florecer esta virtud.

Hablamos de externos porque buena parte del trabajo artístico en la industria del anime es realizado por estudios especializados en este campo, y Wit no es la excepción. Y hablamos de amigos, porque los dos principales directores artísticos responsables de los grandes títulos de Wit son viejos conocidos que ya habían trabajado con el equipo en los tiempos de Production I.G. Uno de ellos es Shunichiro Yoshihara, habitualmente asociado al estudio Biho, quien trabajó en animes como Ataque a los Titanes, After the Rain, Bubble o Kabaneri. Trabajos excelentes y nada sencillos, como el llevado a cabo con las complejas escenografías de Titanes y Bubble.

El otro es Yūsuke Takeda, del estudio Bamboo, presente en los animes The Ancient Magus’ Bride y Great Pretender, además de otros como El imperio de los cadáveres, Hal, Vinland Saga o Vivy. Cabría remarcar esos dos primeros títulos porque en ellos la escenografía cobró un papel especialmente destacado. En The Ancient Magus’ Bride la representación del mundo de magia y fantasía es quizás la base de la obra. En Great Pretender, porque optaron por un estilo atípico pero muy llamativo y repleto de color, que se configuró como una de las señas más particulares de la serie.

Una aplauso por los primeros planos

Wit Studio se dio cuenta de que no todo eran secuencias de acción bombástica o grandes escenografías. De vez en cuando había que enfrentarse a planos cercanos, donde los detalles marcan la diferencia. La solución la encontraron en Kabaneri of the Iron Fortress, que fue donde nació el por aquel entonces denominado «equipo de animación de maquillaje», aunque con el tiempo fue cambiando de nombre hasta finalmente perder identidad como tal.

La tarea de este equipo era  aplicar efectos digitales a los fotogramas ya dibujados para enfatizar los colores, luminosidad y textura de la piel, así como el rubor de la cara, el brillo de los ojos y otros detalles similares. Todo esto, antes del trabajo del equipo de postprocesado. El resultado es el de unos planos cercanos supervívidos, especialmente hermosos y repletos de detalles fascinantes, a veces más cercanos a una pintura que a un fotograma. Esta práctica no solo le da más vida a los rostros de los personajes, también potencia las escenas estáticas o semiestáticas que de otra forma serían mucho más planas.

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Sachiko Matsumoto, una de las animadoras estrellas de After the Rain, lideró inicialmente el equipo, que contó con artistas como Manaka Naka y Ryōko Mita, aunque este terminaría integrándose en el departamento digital. La idea se vio implementada por primera vez en Kabaneri, pero la sacaron a relucir en otras series. Los ejemplos más destacados los tenemos en la segunda temporada de Titanes, en After the Rain y en Vivy.

En After the Rain esta faceta fue especialmente importante porque se trataba de una serie con especial hincapié en las expresiones y miradas de los personajes, donde este tipo de efectos tenían más peso. Igualmente, en Vivy lo usaron como recurso para los primerísimos planos de los rostros de los personajes, con especial hincapié en los ojos. Varios de estos planos son a día de hoy algunas de las imágenes más reconocibles de la serie.

Los nuevos caminos de Wit Studio

Desde su renacimiento, Wit Studio ha estado haciendo cosas especialmente interesantes, pero con esto no solo nos referimos a sus producciones animadas estrella. En 2018 anunciaron la apertura de una subdivisión con sede en la ciudad de Tsukuba, en la prefectura de Ibaraki. El objetivo era crear un espacio para entrenar nuevos animadores y estrechar lazos con la región, de la que son originarios varios de los integrantes del estudio. Como responsable del departamento de animación pusieron a Masaaki Tanaka, una joven estrella con un recorrido fulgurante. Este sería respaldado por Kenta Yamada como líder del departamento de producción.

Crear una subdivisión dedicada a la formación de nuevos animadores no es precisamente una idea novedosa. No son pocos los estudios que lo han intentado en los últimos años, sobre todo tras agudizarse la crisis de escasez de personal, pero en la mayoría de los casos no ha sido muy fructuoso. Lo que desmarca el de Wit de otros intentos es que en su división de Ibaraki no solo se han dedicado a entrenar novatos.

Ibaraki es la sede desde la que Wit ha estado trabajando en su línea de animes dirigidos a público infantil. El propio George Wada afirmaba desde los orígenes del estudio que estaba interesado en producir este tipo de contenido. Por otra parte, la compañía lleva tiempo queriendo aumentar su nivel de producción, y el anime para niños, de diseños bastante más simples, permite hacerlo sin tener que comprometer la calidad del trabajo. Además, precisamente al tratarse de diseños menos complejos, son idóneos para la formación de nuevo personal. En apariencia, el combo perfecto.

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Los frutos ya se están recogiendo desde hace años. Wit ha estado trabajando con el estudio OLM, tarea que ahora se ha trasladado mayormente a esta subdivisión, para producir animes de corte infantil como Kedama no Gonjirō, Garugaku e incluso algún titulillo de la franquicia Pokémon.

Pero eso no es todo, Ibaraki también se ha convertido en un centro de reclutamiento de artistas indie brillantes, pero que por unos motivos u otros están poco dispuestos a trabajar en producciones convencionales. El mayor exponente lo tenemos en las extraordinarias adaptaciones animadas de Totsukuni no Shoujo (The Girl From the Other Side), primero como cortometraje y luego como largometraje. Se trata de un proyecto hecho casi por completo por dos personas: Satomi Maiya y Yuutarou Kubo, dos artistas independientes con muy escaso recorrido en la industria.

Forjando alianzas

Otro de los intentos de Wit Studio por ampliar su plantilla de animadores ha consistido en asistir a los Anime Studio Meetings. Este nombre hace referencia a una serie de reuniones entre estudios, fans y aspirantes a profesionales en los que las compañías se dan a conocer y buscan reclutar futuras promesas. Wit Studio se unió a estas reuniones en 2019, a las que también han asistido estudios como MAPPA, CloverWorks y Comix Wave Films.

Curiosamente, estas juntanzas han tenido una consecuencia secundaria también muy positiva. Además de ampliar plantilla, los asistentes han aprovechado la ocasión para estrechar lazos con otros integrantes de la industria. Y no es un asunto nimio, pues esto llevó a la colaboración entre Wit Studio y CloverWorks para la producción de Spy x Family. Un anime en el que se han repartido el trabajo y la responsabilidad de forma sorprendentemente equitativa, y que ha contado con una calidad magnífica.

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Además, parece que la amistad entre Wit y CloverWorks no se quedará ahí. Ambos estudios han unido fuerzas y, con la ayuda de Aniplex y Shūeisha, han formado una nueva compañía bajo el nombre de JOEN. El objetivo de esta unión es la planificación y producción de anime, buscando un mejor modelo de negocio que permita una mejor distribución de los beneficios. Está por ver si todo esto no se quedará en humo, pero en una industria con tantos problemas ocasionados por la excesiva carga de trabajo, repartir las tareas entre dos estudios que han sido capaces de congeniar y compaginarse bien es una solución cuanto menos a tener en cuenta.

¿Qué es Wit Studio dentro de esta industria?

Wit Studio llegó a la industria arrasando y no ha querido bajarse del carro desde entonces, ni tan siquiera tras dejar atrás su franquicia estrella. No tienen una producción desmesurada como otras compañías, ya que prefieren ir dándole amor a cada proyecto, pero eso no les impide ser uno de los estudios más importantes del panorama actual.

Pero antes de empezar a citar las virtudes de este estudio, toca ponerse serios. La industria del anime tiene fama de contar con unas condiciones laborales pésimas. Las historias de animadores que se dedican día y noche a su trabajo, apenas sin descanso, son preocupantemente comunes, y por desgracia Wit Studio es uno de sus principales exponentes. Pero ese no es el único problema, lo verdaderamente preocupante es que George Wada y otros directivos de la compañía han hecho declaraciones públicas, en más de una ocasión, en las que básicamente normalizan esta situación.

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Por mucho que la cultura japonesa valore el esfuerzo y la dedicación por el trabajo, no es sano dar por hecho que tus trabajadores van a tener que pasar noches durmiendo en el estudio. Wit ha hecho avances para evitar que se repitan las situaciones de estrés límite que azotaron a su equipo durante varios años, pero todavía les queda mucho trabajo si quieren llegar a crear un entorno laboral saludable.

Hecho el tirón de orejas, volvamos a la cara positiva de Wit. Estamos ante uno de los estudios mejor valorados y que más confianza genera en los aficionados. Parte de esta confianza se debe a que han sabido llevar a cabo adaptaciones de forma muy competente. Las han mimado, respetando la obra original, pero al mismo tiempo han puesto su sello personal en cada una de ellas, sea en el ámbito estético, en los diseños o en la animación. Pero pese al éxito de sus adaptaciones, siguen apostando por los animes originales de cuando en cuando, lo que resulta admirable.

Wit lleva 10 años en una cruzada por crear anime impactante, anime que deje huella. Por eso son tan atrevidos y tremendamente ambiciosos con su trabajo. Tanta es su ambición, que en más de una ocasión se han olvidado de su instinto de autoconservación. No dejan pasar la oportunidad de idear escenas vibrantes y de crear belleza, y por eso han sido y siguen siendo una inspiración dentro de esta industria.

Desde Hanami Dango le deseamos a Wit Studio que siga muchos años haciendo las cosas bien (y se preocupe un poco por corregir aquello que hace mal). Estamos seguros de que muchos de vosotros, ávidos lectores, sois fans del estudio, así que no os cortéis y pasad a comentar todo aquello que queráis sobre ellos y sus trabajos. Nos tenéis en redes y en el canal de Discord. También nos podéis encontrar en Twitch todos los jueves y en Youtube con nuevos vídeos cada poco. Y si no os habéis cansado de nosotros con todo eso, podéis apoyarnos en Patreon.

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