¡Bienvenidos de nuevo, queridos seguidores de Hanami Dango! Hoy nos apetecía presentaros un análisis en profundidad de Beastars, una obra riquísima en matices sociales que entendemos como una potente metáfora sobre el racismo, la discriminación y la convivencia forzada entre sociedades diversas; una apabullante crítica social presentada como un conflicto entre carnívoros y herbívoros.

Lo primero que necesitamos tener claro es que Beastars no es solo una historia de animales con uniformes escolares: es una compleja y provocadora fábula social que utiliza a estos animales antropomórficos para hacer un análisis y una crítica de nuestra sociedad, centrándose sobre todo en la discriminación, el miedo y el autoconocimiento.

Introducción: la complejidad moral del mundo de Beastars

Beastars Análisis 14 - Hanami Dango

En Beastars se nos presenta una sociedad en la que los carnívoros y los herbívoros tratan de convivir en un precario equilibrio que puede desmoronarse en cualquier momento, desatando el caos más absoluto. Es una obra que va mucho más allá de lo que aparenta. Nos muestra en todo su esplendor una afilada crítica sobre la lucha interna entre lo que la naturaleza te impone y tu identidad moral; el miedo a los demás; la discriminación… Y todo ello disfrazado de drama estudiantil con animales antropomorfos la mar de monos.

La autora de esta intensa fábula es la mangaka Paru Itagaki, hija del famoso mangaka Keisuke Itagaki —autor de la reconocida obra Baki the Grappler—. El estilo de nuestra autora difiere por completo del de su padre, teniendo esta un tono muchísimo más sensible. Paru Itagaki está más centrada en afrontar emociones, dilemas morales y una crítica social como la que os queremos mostrar en este análisis de Beastars. En cuanto a su dibujo, la autora utiliza un trazo suelto que es inconfundible, y sus personajes son extremadamente expresivos, reforzando la intensidad y la profundidad de lo que desea transmitir.

En Beastars, la crítica social que os queremos presentar en este análisis se ambienta en un instituto en el que carnívoros y herbívoros pretenden convivir de manera civilizada. Pero, de repente, todo se viene abajo cuando un herbívoro muere a garras y mordiscos de un carnívoro. A partir de aquí, esa fina línea que mantenía la sociedad en frágil equilibrio empieza a tambalearse desbocadamente. Los instintos reprimidos de la naturaleza de los carnívoros comienzan a hacerse cada vez más notables, mientras que la desconfianza de los herbívoros no hace más que crecer a pasos agigantados.

Beastars Análisis 4 - Hanami Dango

Y dentro de este caos, en este mundo a punto de dividirse, en medio de semejante clima de tensión, se nos presenta a Legoshi: un lobo decidido a luchar contra la oscuridad de su interior y a acallar a la fiera que habita en él. Lo que nos llevará a vivir una historia que poco tiene que envidiar a Julieta y su Romeo.

En muchas ocasiones se ha llegado a comparar Beastars con Zootrópolis porque ambas obras comparten mundos con animales antropomórficos y sociedades que luchan contra el racismo, y esto hace que puedan interpretarse como una crítica social. No obstante, en nuestro análisis nos gustaría remarcar que estas dos obras no pueden ser más diferentes entre sí. Beastars no duda en sumergirse en el lado más oscuro de la sociedad que nos presenta, mostrando la más cruda violencia, y profundizando en temas como la culpa, la lucha interior, el autodescubrimiento y las emociones más desgarradoras, mientras que Zootrópolis, por su parte, trata de suavizar los conflictos con sentido del humor.

Legoshi: culpa, redención e identidad vs naturaleza

Legoshi, en muchas ocasiones, nos llevará a pensar sobre nuestra propia conciencia social y nuestra moralidad. ¿Qué haríamos en su lugar? ¿Es tan fácil como creíamos? ¿Tan diferente es su mundo del nuestro?

Beastars Análisis 8 - Hanami Dango

La mayoría de los carnívoros se sienten superiores por el simple hecho de serlo —breve recordatorio del típico hombre-blanco-heteresexual-de clase social alta—. Pero nuestro lobito no es así, no se siente orgulloso. Todo lo contrario. Se avergüenza profundamente de su hambre, su fuerza, sus colmillos, sus garras… Y todo esto es lo que le convierte quizá en el protagonista shonen más atípico de todos los tiempos: en lugar de luchar contra un villano, lucha contra sí mismo.

¿Y qué es lo que hace Legoshi al respecto? Esforzarse al máximo para demostrar que lo que eres al nacer o lo que se supone que debes ser no tiene por qué marcar tu destino. Decide ser mejor, pero no solo para sí mismo, sino mejor para los demás. Y esta fuerte determinación lo lleva a evolucionar tanto física como emocionalmente. ¿Cómo? Eligiendo el camino de la redención, una forma de vida que raya en la penitencia. Forja su cuerpo con un duro entrenamiento para resistir la carne. Incluso decide renunciar al placer. Demostrando una conciencia social que va mucho más allá de la satisfacción personal.

Legoshi se ve inmerso en un mundo en el que, por ser lo que se supone que es, se le niega la ternura y se le presupone violento, mientras que él elige amar. Un mundo que lo tacha de peligroso, mientras que él decide ser cuidadoso y gentil. El viaje de Legoshi no es simplemente el de un lobo que no quiere morder, es mucho más complejo que eso: es el viaje de cualquier persona que decide luchar por reconciliar en su interior lo que es con lo que está convencido que debería ser.

Una metáfora sobre razas: carnívoros y herbívoros

En este análisis de Beastars pretendemos incidir en que nos encontramos ante una crítica social sin tapujos y muy claramente definida. La metáfora resulta del todo evidente: la división entre carnívoros y herbívoros representa cualquier diferencia que la sociedad pueda utilizar como barrera entre personas, ya sea la raza, el género, la orientación sexual, la clase social y un larguísimo etcétera.

Desde nuestro punto de vista, Beastars no trata solamente de animales en un instituto: trata sobre nosotros. Nos habla de nuestras estructuras sociales y los agujeros de nuestro sistema social, donde nuestros prejuicios más profundos y arraigados marcan unas reglas no escritas que ponen trabas a la convivencia.

Beastars Análisis 12 - Hanami Dango

En el primer episodio, se nos muestra claramente esta división social, en la que los carnívoros, por definición, resultan peligrosos. Sus instintos los obligan a permanecer constantemente en alerta. Cualquier desliz puede resultar fatal. ¿Pero qué hay bajo la superficie? ¿Todos los carnívoros están conformes con las reglas? ¿No estarán algunos de ellos interiormente orgullosos de su naturaleza «superior»? ¿Qué ocurriría si uno de ellos se deja llevar por un impulso?

No tardamos en encontrar la respuesta. En el momento en el que un incidente se desata en el instituto, todo cambia radicalmente. El miedo de los herbívoros ya no es solamente instintivo. Ahora se ha convertido en una amenaza real. Lo que le ha ocurrido a un compañero puede ocurrirte a ti. No es algo lejano que se escucha de fondo en las noticias mientras cenas. Es un peligro real que vive agazapado justo al lado.

Beastars Análisis 15 - Hanami Dango

Y todo esto ¿qué tiene que ver con nuestra sociedad humana? Si nosotros no nos comemos unos a otros. ¿Estamos seguros de ello? Cuánta gente se cruza de acera cada día por ver a alguien «diferente»… Cuánta gente hace lo mismo para que quien viene de frente no tenga miedo de su aspecto… Y cuánta gente se aprovecha de este tipo de situaciones. Venden miedo, venden odio y venden discriminación. Porque si insistes en tachar de peligroso a alguien, aunque no lo sea, terminas convirtiéndolo, y entonces el miedo estará justificado.

Herbívoros: ¿víctimas o dictadores morales?

Los herbívoros, encarnando a la víctima natural en su papel biológico, convierten a los carnívoros en seres constantemente juzgados, obligados a demostrar que no son una amenaza. En este análisis no pretendemos en ningún momento posicionarnos. No se trata de buenos y malos. Creemos que en la crítica social que hace Beastars, lo que realmente se nos muestra es que el fallo está en el sistema.

Beastars Análisis 13 - Hanami Dango

En esta obra vemos cómo los herbívoros marcan las normas sociales. Son quienes dictan los valores y las normas de convivencia. Pero, como en el mundo real, no siempre la víctima lo es tanto. Sin una fortaleza física innata puede resultar más sencillo desarrollar otras «armas». Por supuesto que un herbívoro no tiene garras ni colmillos, pero ello no le impide manipular, agredir o ejercer la violencia.

A priori, lo más fácil es pensar que los herbívoros, al vivir en un peligro constante, son los «débiles» o los «buenos» de la historia. Pero ya vemos que no necesariamente debe ser así. Esta situación les otorga una herramienta de poder, una batuta de mando que pueden utilizar en su beneficio o en detrimento de los carnívoros.

Pero Beastars nos muestra una realidad no tan lejana a la nuestra: no existen víctimas por defecto ni agresores absolutos. Conocemos a personajes que no solo están condicionados por su naturaleza, sino también por su personalidad, sus traumas, sus prejuicios, su moral y sus experiencias.

Sin ir más lejos podemos pensar en Haru, la conejita que no necesita un héroe. Ella es pequeña, es frágil y es consciente de ello. Pero no lo utiliza para obtener compasión. Elige enfrentarse al mundo desde su propio deseo. Utiliza su sexualidad como arma para reafirmar su identidad. Tiene una fortaleza propia basada en su honestidad y su forma de estar en el mundo. Y es esa actitud lo que la convierte en uno de los personajes más libres y puros de la obra, lejos de la «princesa rescatada».

Beastars Análisis 2 - Hanami Dango

Por otro lado tenemos a Louis, quien es capaz de todo por luchar en lo que cree. Tampoco necesita a nadie que lo proteja. Es capaz de tomar las decisiones más radicales y quizá más turbias en las situaciones críticas. Y desde luego, no lucha por la supervivencia: lucha por el poder, por el control y por lo que cree justo.

Un sistema agujereado

Como hemos dicho anteriormente, no creemos que Beastars sea una lucha entre el bien y el mal, porque no creemos que se nos muestre un bando bueno y otro malo. Creemos que la crítica social va directamente hacia el sistema en sí. Y ese sistema merece un análisis en profundidad, porque parece tener más agujeros que un colador.

Para empezar, podemos hablar del «mercado negro». Un sistema que permite tal fallo de seguridad debe tener problemas graves. Por un lado, es obvio que su mera existencia es una amenaza y un insulto para los herbívoros. Pero además, que los carnívoros tengan la necesidad de una válvula de escape de estas dimensiones ya da claras muestras de que el sistema no está funcionando. Está fallando por igual a herbívoros y carnívoros, tolerando la amenaza a la seguridad de unos y reprimiendo por completo la naturaleza de los otros. 

Beastars Análisis 11 - Hanami Dango

Por otro lado, a simple vista, la sociedad de Beastars parece funcionar «a la perfección». Vemos que velan por el cumplimiento de unas leyes que protegen a los herbívoros, por las escuelas mixtas y por la convivencia con una fachada de igualdad y tolerancia. Pero en cuanto observamos con más detalle nos damos cuenta de que las normas impuestas no están pensadas para una integración social real, sino para mantener una paz artificial que obvia los verdaderos conflictos.

El sistema político de Beastars se equivoca en lo más básico. Mientras debería estar creando normas que promuevan la igualdad, una convivencia sana y unas leyes centradas en la realidad cotidiana, quienes gobiernan parecen preocuparse más por las apariencias y por preservar una obediencia silenciosa por parte de todos los ciudadanos.

Beastars Análisis 10 - Hanami Dango

Y es justo en este punto donde encontramos la parte más afilada de esta crítica social: mientras el sistema esté ocupado en mantenerse a sí mismo, silenciando a unas partes, negando a otras y permitiendo barbaridades para crear una ilusión de civilización sostenible, la sociedad seguirá viviendo en una mentira peligrosa y dañina. No es suficiente controlar los brotes de violencia si la injusticia y la discriminación se encuentran en cada espacio.

En este sentido, Beastars puede entenderse como una fábula que demuestra que una sociedad no puede alardear de su justicia si únicamente se centra en prohibir ciertas formas de violencia. Una sociedad justa e igualitaria no se consigue a base de represión ni de discursos vacíos: necesita construirse desde instituciones que rechacen de raíz el miedo, el odio y la desigualdad. Que promuevan realmente la convivencia basada en la tolerancia, el respeto y la riqueza de compartir culturas. Un sistema que no niegue que conocer y comprender lo «diferente» siempre resulta enriquecedor.

El mundo de Beastars frente a nuestro mundo

Entonces, ¿qué es lo que encontramos bajo el pelaje de los personajes de Beastars? Nuestro miedo a lo diferente, nuestros prejuicios, el juicio al que sometemos a nuestros cuerpos, a nuestra sexualidad, nuestra desconfianza y nuestra absoluta necesidad de amor, justicia e igualdad.

Una de las similitudes más evidentes que encontramos en el mundo creado por Paru Itagaki es el racismo. En Beastars vemos claramente cómo los carnívoros son sometidos a un juicio constante, incluso sin haber hecho absolutamente nada. Se ven obligados a demostrar que no son una amenaza a cada segundo. ¿Nos suena? Cada día vemos en nuestra realidad cómo algunos grupos de personas, solo por el color de su piel, su país de origen, su religión o cualquier otra cosa, son sometidos a miradas acusadoras —cuando menos— sin haber hecho absolutamente nada.

Beastars Análisis 9 - Hanami Dango

Los discursos vacíos son empleados como otra afilada crítica a nuestra sociedad. Está claro que promulgar que somos todos iguales no sirve de nada mientras las instituciones no propongan medidas centradas en la realidad cotidiana para evitar problemas que acarrean más y más conflictos, como la discriminación o la violencia per se. En ambos mundos, el nuestro y el de Legoshi, los políticos celebran la diversidad siempre y cuando no incomode a lo que la mayoría considera que es su «normalidad». Pero lo diferente está ahí, es real y tiene el mismo derecho que lo «normal» a ser respetado de la misma exacta manera.

Y por muy bestia que pueda sonar, «el mercado negro» es otra evidencia de lo parecidos que son realmente el universo real y el de la fábula que nos ocupa. Es cierto, en nuestro mundo no encontramos a la vuelta de la esquina un montón de puestos donde se vendan piernas humanas como si fueran jamones de bellota. Pero ¿qué hay de las redes de trata?, ¿y del trabajo como forma de esclavitud, incluso infantil?, ¿y del tráfico de drogas? La lista es demasiado grande y demasiado dura. Pero recordemos qué era lo que hacía el sistema en el mundo de Beastars ante «el mercado negro»: mirar hacia otro lado. Podemos hacer un paralelismo quizá un poco light si pensamos en la venta de tabaco a sabiendas de lo perjudicial que es, mientras proporcione dinero al gobierno a base de impuestos.

Legoshi y Haru: abrazar la diferencia

Beastars Análisis 5 - Hanami Dango

Paru Itagaki no pretende idealizar el amor ni convertirlo en el hechizo que cura el mal. Pero sí nos hace reflexionar sobre su fuerza. Haru y Legoshi mantienen una relación que nos parece perfectamente realista: está plagada de dudas, de miedos, de contradicciones. En ocasiones es incómoda. A veces es tierna. Puede ser dolorosa. Pero, por encima de todo, es trascendentalmente transformadora, fuerte y llena de esperanza. Pone frente a frente el deseo contra el peligro, la ternura contra la culpa.

Lo que Legoshi siente por Haru y viceversa es un acto de rebeldía contra el sistema. Pero va más allá del morbo por lo prohibido. Ellos tienen claro que todo lo que han aprendido en la vida les debería llevar a pensar que no pueden estar juntos, que es antinatural. Pero los sentimientos están por encima de la razón. Haru y Legoshi viven en un mundo que les ha enseñado que un simple gesto de ternura entre ellos desafía las normas.

Beastars Análisis 1 - Hanami Dango

Aun así, ellos eligen luchar por sí mismos. Frente al mundo y frente a todo si es necesario. Y saben que no será fácil. Pero no importa. Y no estamos hablando de una relación sencilla, por supuesto. Va más allá del romance. Porque, realmente, ¿dónde están los límites? ¿Legoshi quiere proteger a Haru?, ¿quiere devorarla?, ¿o es solo deseo? ¿Y Haru qué quiere?, ¿un protector? No, nada de eso, él no quiere salvar a Haru, ni ella tiene a Legoshi idealizado. Ese vínculo que les une les ayuda a aprender a mirarse como iguales, no como víctima y verdugo.

Lo más interesante realmente es observar cómo el amor puede lograr que enfrentemos nuestras diferencias sin miedo, sin negarlas, incluso abrazándolas. Beastars no pretende hacernos creer que el amor lo puede todo. Pero sí nos deja una profunda reflexión: el amor puede ser la esperanza, sencillamente porque puede llevarnos a elegir cuidar al otro. Tal como Legoshi decide. Por encima de los instintos o del miedo, la ternura puede encontrarse donde menos esperamos.

Una conclusión algo inconclusa

En definitiva, Beastars nos pone de cara frente al problema. Nos lo muestra, lo racionaliza, lo pone en evidencia. Pero no nos ofrece la solución. Quizá porque no existe una pócima mágica. Simplemente nos invita a reflexionar. A mirar dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Porque la convivencia sencillamente no es fácil. Es compleja, puede ser difícil, puede dar miedo, pero es tan necesaria como respirar. El ser humano es un animal social. No podemos evitarlo, está en nuestro ADN. Así que ¿por qué no nos involucramos en todo lo que esté en nuestra mano para hacer esa convivencia más fácil?

Beastars Análisis 6 - Hanami Dango

Lo que Beastars nos recuerda es que incluso en nuestro mundo aún no hemos aprendido a convivir sin miedo. Pero que podemos esforzarnos. Que el amor puede hacernos cambiar, hacernos más fuertes y mejores. Que la amistad, aunque a veces duela, nos enseña a respetar los sentimientos y las diferencias. Y, seamos honestos, el mundo solo puede ir a peor si no cambiamos los prejuicios por tolerancia.

¿Y vosotros qué opináis? ¿Os parecen diferentes el mundo de Beastars y el nuestro? Estamos deseando leer vuestros comentarios, ya sea por aquí o a través de nuestras redes sociales. ¡Un abrazo, queridos lectores de Hanami Dango!

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