¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! Hoy os traemos la recomendación sin spoilers de Blue Thermal, la última película de Masaki Tachibana. Nosotros hemos podido verla durante el festival de Sitges 2022, pero llegará en algún momento a España de la mano de Selecta Visión. ¿Queréis saber qué nos ha parecido? ¡Quedaos aquí para descubrirlo!
Producida por Telecom Animation Film (TMS Entertainment), la cinta narra cómo Suru-Tama abandona su pueblo para estudiar en la universidad de Tokio y exprimir al máximo su vida universitaria. Entre sus planes está hacer muchos amigos y echarse novio, por lo que, desde un principio, planea apuntarse a un club universitario.
Es en ese momento cuando se cruzará con Sorachi y Kuramochi, miembros del club de vuelo deportivo sin motor, y empezará a interesarse por esta disciplina. ¿Encontrará Suru-Tama la vida universitaria que busca en este club de vuelo?
Cualquiera leyendo esta introducción pensaría que estamos ante una película de género romántico con toques escolares. Algo bastante habitual y que incluso puede llegar a resultar aburrido.
Por ese motivo, queremos destacar que Blue Thermal se centra mucho más en los entrenamientos, competiciones y carreras del club de vuelo. Siendo un anime que podría clasificarse más como spokon que como romance.
Carreras de planeadores
La clave de Blue Thermal es cómo balancea el componente más competitivo e informativo con el triángulo amoroso que intenta montar entre nubes. El cielo azul y los planeadores serán el principal foco de atención, pero la competición dará lugar a muchas situaciones en las que Suru-Tama avanzará hacia su objetivo deportivo y amoroso.
Esto es algo bastante escabroso y complicado de ejecutar, pero bastante propio de este tiempo. Mientras la veíamos, no hemos podido evitar pensar en La Caja Azul o en la más reciente Ao Ashi. Historias deportivas que quieren añadir ingredientes de otros géneros para construir un desarrollo más emocionante.
No obstante, como ocurre también en las obras citadas, esto sí puede generar algún que otro conflicto a los espectadores. Pues habrá gente que vaya a las salas esperando ver un Quiero Comerme tu Páncreas y se encontrará con carreras de planeadores.
Por ese motivo, hemos querido destacar el componente spokon desde el principio. De hecho, creemos que el deporte en sí, el vuelo deportivo sin motor, es lo suficientemente singular como para generar interés e intriga en la mayoría de espectadores.
Esto también justifica gran parte de las explicaciones y tecnicismos que utilizarán nuestros protagonistas, siendo el más destacable el que da nombre a la película: Blue Thermal. Además, el componente de los aviones y el vuelo ofrece siempre un abanico temático superinteresante, tal como nos ha demostrado en innumerables ocasiones el gran Hayao Miyazaki.
Por tanto, creemos que el trabajo de conjunción de géneros que propone Tachibana para esta adaptación de la obra de Kana Ozawa es muy interesante. Tal vez se le podría haber exigido un poco más de garra y emoción a la hora de representar el apartado competitivo y romántico, pero no todo el mundo puede ser Naoko Yamada o Makoto Shinkai.
El triángulo de las nubes
Ahora pasaremos a comentar algo más el apartado romántico, pero siempre teniendo en cuenta su carácter algo más secundario en esta película.
Suru-Tama tendrá que enfrentarse a la dicotomía de tener que escoger entre Sorachi y Kuramochi. Ambos son miembros del club de aviación y enseñarán a nuestra protagonista todo lo necesario para empezar a competir en este curioso deporte.
Evidentemente, a medida que van compartiendo tiempo juntos, ciertas llamas empiezan a avivarse, generando alguna que otra situación conflictiva y romántica que hemos disfrutado bastante.
Aun así, hemos echado en falta un acercamiento más directo y que conectase mejor con todo el ámbito competitivo. Teniendo en cuenta que sobre la película planea constantemente el objetivo de Suru-Tama de encontrar un novio, creemos que se podrían haber dado situaciones de mayor tensión romántica.
Tampoco esperábamos encontrar en Blue Thermal una cesta de frutas, pero nos habría encantado encontrar al menos alguna manzana.
No todo el cielo es azul
Otra de las debilidades de la película es que su apartado artístico es bastante impersonal, tanto en su diseño de personajes, como en la elección de su paleta de colores. Tal vez inspirado por su título y el material original, siempre representan las situaciones de vuelo con cielos plenamente azules.
Aunque consiguen transmitir esa fascinación por los planeadores y el cielo azul, no hemos podido evitar imaginar lo increíble que sería tener animadas escenas de vuelo con atardeceres entre Suru-Tama y alguno de sus intereses amorosos.
De hecho, parece que al buscar que la historia sea tan instructiva e informativa en relación a la aviación, la película también pierde la oportunidad de desarrollar un poco más unos personajes secundarios cuyas apariciones son anecdóticas.
En definitiva, consiguiendo transmitir bien su mensaje e ideas, el apartado artístico se siente como el de un anime genérico de temporada slice of life. Esto en sí no es negativo, pero creemos que desaprovecha la oportunidad de destinar más recursos a construir una experiencia más cinematográfica.
En conclusión
Blue Thermal es una película bastante singular por todo lo que hemos comentado en apartados anteriores. Con sus luces y sombras, consigue ser una opción diferente e interesante, un acercamiento a un deporte y una mezcla de géneros refrescante.
No podemos evitar pensar que, a pesar de sus virtudes, es una oportunidad desperdiciada. Una película con estas buenas ideas y un director contrastado como Masaki Tachibana podría haber dado mucho más de sí.
Aun así, Blue Thermal sí consigue ser una historia emocionante y entrañable sobre aviación que, aunque sea solo por conocer un poco el mundo de los planeadores, merece la pena.
¡Eso ha sido todo, seguidores de Hanami Dango! ¿Tenéis pensado darle una oportunidad a Blue Thermal? Dejadnos vuestras respuestas en comentarios y recordad seguirnos en nuestras redes sociales para no perderos ninguno de nuestros comentarios de Sitges 2022. ¡Nos vemos!🍡
