¡Bienvenidos, amantes de los gatos! Hoy en Hanami Dango os traemos la crítica final de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura. El manga de Keiko Yoshikawa publicado por Odaiba Ediciones presentó su último volumen el pasado octubre y no queríamos dejar pasar la oportunidad de compartir nuestras impresiones sobre la totalidad de la obra.

Por ese motivo, os advertimos de que este post puede contener algún que otro spoiler. Si bien es cierto que esta obra se centra en pequeños relatos sobre la cotidianidad de una pareja y sus gatos en Kamakura, hay un par de eventos que sí son relevantes para el devenir de los personajes que vamos a estar comentando. Explicado esto, ficha técnica y empezamos:

Título: Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura (Neko to Futari no Kamkura Techo).
Autora: Keiko Yoshikawa
Editorial: Odaiba Ediciones
Géneros: Comedia, historias de la vida
Volúmenes: 4 (59 capítulos).
Páginas: entre 160-192 págs.
Precio: 7,50 € cada tomo.

¡Podéis encontrarlo aquí o en librerías!

¿La secuela de la precuela?

Lo primero que queremos destacar, que es algo que ya comentamos en nuestra recomendación, es que Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura es una continuación del manga Katagiri-kun Chi ni Neko ga Iru de la misma mangaka (Keiko Yoshikawa). Durante los eventos de esta «primera parte» se narra como Ryo Katagiri vive su cotidianidad con sus 4 gatos hasta que conoce a Mihoko y se casan.

A partir de ese punto clave, ambos se mudarán juntos a una casa en Kamakura para vivir su vida de recién casados junto a los gatos. Siendo este el punto de partida de Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura.

Aun así, cabe destacar que ambas series, serializadas en Comic@Bunch entre 2008 y 2017, no ofrecen una trama lo suficientemente consistente como para considerar imprescindible una lectura secuencial. El desarrollo autoconclusivo de los capítulos hace muy fácil el acceso a cualquier lector, pues nuestra ancla siempre son los 4 gatos de los Katagiri.

De cualquier forma, esta pequeña introducción era necesaria para exponer lo siguiente: Aunque parezca increíble, se pueden escribir dos series manga y más de 180 capítulos sobre la cotidianidad de una familia y sus gatos.

Siendo completamente sinceros con vosotros, creemos que con los 59 capítulos que integran Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura, hemos tenido suficiente comedia gatuna y datos curiosos sobre gatos para los próximos años.

4 paredes, 0 conflicto

Desde sus primeros compases nos quedó muy claro que el desarrollo autoconclusivo en capítulos cortos con toques cómicos iba a ser la estructura que nos guiase a través de la cotidianidad de Ryo y Mihoko.

Como comentamos en nuestra recomendación, esto hace que luzca mucho una historia que no destaca especialmente por nada, pero que nos permite conectar con los dueños de unos gatos adorables y divertidos.

No obstante, a medida que pasan los capítulos, hemos acabado echando muchísimo en falta un hilo conductor más consistente que elevase mínimamente nuestro interés.

Por mucho que la mangaka se esfuerce en ofrecernos datos interesantes sobre Kamakura y los gatos, es un manga que fácilmente puede aburrir a cualquiera que busque un atisbo de conflicto.

Entendemos que Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura no busca ser una tragedia shakesperiana, pero el manga sí explora alguna que otra idea que podría haber desembocado en desarrollos más interesantes sin llegar a una conclusión más dramática.

Por poner un ejemplo, hay un capítulo en el que Ryo y Mihoko quieren ir de vacaciones a unas aguas termales. Sin embargo, estos establecimientos no suelen aceptar gatos y, en caso de que lo hagan, no están seguros de que sea la mejor opción para los mininos.

Aquí tenemos una rara avis en este manga: el conflicto. No obstante, la resolución del mismo radica en que Mihoko prepara una experiencia parecida a las aguas termales en casa. Concluyendo el capítulo sin que nuestros protagonistas tomen ninguna decisión.

Entendemos que el género historias de la vida consiste en retratar la cotidianidad de unos personajes, recrearse en las pequeñas cosas y poner el foco en situaciones que otros géneros no destacan. Aun así, tampoco tiene por qué llevarnos a un contexto en el que nuestros protagonistas viven en apatía perpetua dentro de su casa.

Son contadas las situaciones en las que la acción nos saca de las 4 paredes de la casa de los Katagiri, algo bastante incompatible con la otra vocación del manga: compartir datos curiosos sobre Kamakura.

Mihoko, el rayo de luz

Aunque hemos hablado de ella de pasada, la verdadera salvadora de este manga es Mihoko. Más allá de la comedia gatuna, es el único personaje que parece tener preocupaciones e inquietudes.

Ella es quien normalmente arranca los capítulos, preguntándose cómo puede ayudar a Ryo, a los gatos o cómo resolver alguno de sus problemas. También es quien suele añadir el escaso contenido romántico de este manga. Algo que hemos echado en falta si tenemos en cuenta que son una pareja de recién casados.

Además, es la que inicia el desarrollo más parecido que tiene Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura a una trama. El ver cómo, tratando de comprender a su marido y su nueva situación con los 4 gatos, acaba tomando la decisión de montar una cafetería gatuna, es divertido y estimulante.

Diario-de-nuestra-vida-entre-gatos-Hanami-Dango-15

Una decisión que nos permite conectar con ella, que se esfuerza para encontrar una solución de desarrollo personal en este nuevo contexto. Algo verdaderamente diferente dentro de este manga y que como lectores hemos agradecido.

Por contrapartida, su marido, Ryo, rara vez se comporta como una persona con preocupaciones o inquietudes. Podría ser considerado el quinto gato infiltrado y parece solo estar presente para recordarnos que Mihoko es el único personaje interesante.

Conclusiones

Nuestra impresión sobre Diario de nuestra vida entre gatos en Kamakura no ha cambiado nada después de haber leído los 4 tomos que la integran. Es una serie que es disfrutable, divertida y ligera, centrada en las peripecias de 4 gatos y sus dueños.

No obstante, también es tremendamente repetitiva. Durante su lectura hemos tenido la sensación de haber leído el mismo capítulo un par de veces y la comedia gatuna no es lo suficientemente atrapante como para invitarte a continuar leyendo.

Tal vez para algún amante de los gatos esta lectura pueda ser más disfrutable, pero lo cierto es que a nosotros se nos ha hecho bola.

¡Hasta aquí la crítica, seguidores de Hanami Dango! ¿Habéis leído esta serie? ¿Os ha gustado más que a nosotros? Dejadnos vuestras respuestas en comentarios y recordad seguirnos en redes sociales para no perderos nuestra próxima crítica. ¡Nos vemos! 🍡

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