¡Bienvenidos, lectores de Hanami Dango! El pasado 30 Manga Barcelona tuvimos la suerte de poder hacer una entrevista a Carles Dalmau, el artista detrás de Onachan, la mascota del evento. Él también ha trabajado con grandes franquicias como Genshin Impact, Star Wars o Brawl Stars y es el artista encargado de Cult of the Lamb, uno de los videojuegos más impactantes visualmente de los últimos años. Aunque puede que le conozcáis por muchos otros trabajos.
Durante la entrevista tratamos muchos temas como su proceso creativo, sus influencias artísticas o el futuro de la industria del dibujo, entre tantas cosas. Fue una charla realmente interesante que queremos compartir con vosotros y también agradecer a Carles por darnos la oportunidad de juntarnos para aprender tanto sobre un mundo muy cercano al anime y el manga. Sin más dilación, os dejamos con la entrevista.
Hanami Dango: Primero de todo, para nuestros lectores que no conozcan tu trabajo, cuéntales un poco quién es Carles Dalmau.
Carles Dalmau: Soy dibujante y trabajo para diferentes proyectos, ahora mismo estoy metido principalmente en el mundo de los videojuegos, pero también hago cómic y he trabajado en cosillas de animación. También en Ficomic me han llamado para hacer un póster hace unos años y este año he tenido la oportunidad de hacer la mascota del 30 Manga Barcelona, Onachan. En general, voy haciendo varias cosas, según las oportunidades que me vayan surgiendo. El problema es que no sé decir que no a las cosas (comenta entre risas) y al final acabo metido en varios proyectos solo, aunque he de decir que lo que hago para Ficomic me encanta.
H.D.: ¿Y dónde puede la gente encontrarte a ti y a tus trabajos?
C.D.: Tengo escritos algunos webtoons que son viejos y me gustaría rehacerlos, se llaman Lucid Lucy y Calamari Kebab. También he hecho una serie infantil que se titula Magic Animals, que los primeros cuatro tomos no me acaban de convencer, pero luego creo que está muy bien. Otro de mis trabajos más recientes es un comic que se llama Soma, que lo acabé hace muchos años y ahora no me gusta tanto cómo quedó. Pero por suerte se publica en América dentro de poco y antes de eso quise rehacer algunas cosas, así que estoy mucho más contento con esta edición. Y por último, ahora estoy trabajando en otro cómic (Brainrot). También soy el artista del videojuego Cult of the Lamb.
H.D.: Como nosotros somos una asociación que trata sobre anime y manga, siempre tenemos curiosidad y hacemos esta pregunta en nuestras entrevistas. ¿Qué relación tienes tú con el mundo del anime y manga?
C.D.: Es un mundo que me gusta mucho, empecé de pequeño con Mortadelo y Filemón, pero cuando fui creciendo empecé a mirar anime y descubrí que las series que veía de pequeño también eran anime, como Sargento Keroro, Shin-chan, Sakura Cardcaptor o Magical Doremi, me gustaban mucho el estilo de las obras shojo. Más adelante, sí que empecé a consumir mucho más anime y manga. Podríamos decir que mi estilo nace de querer hacer manga y no tener ni idea de como hacerlo (entre risas).
H.D.: Viendo que conoces el mundillo, ¿hay alguna obra que destacarías personalmente?
C.D.: Me encanta Inio Asano, Buenas noches, Punpun es de mis obras favoritas. También destacaría Made in Abyss, aunque el autor tiene unos gustos extraños, he de decir que la trama y los demás elementos me encantan. También me quedaría con alguna obra más conocida como Fullmetal Alchemist.
H.D.: Vamos a hablar un poco sobre tu trabajo. ¿Cuál es el proceso qué sueles seguir a la hora de crear un proyecto?
C.D.: He de admitir que soy muy caótico, no tengo ni idea de cómo hago las cosas. Para trabajar bien necesito tener muchas cosas que hacer, entrar en crisis y ponerme a hacerlas. Tengo demasiado trabajo, mi jornada laboral es de 14 horas los 7 días a la semana, aunque quiero intentar reducirla a solo de lunes a viernes. Veo que mucha gente cuando trabaja se organiza sus diferentes encargos en un día distinto para cada uno y creo que eso es un fallo, pero yo lo enfoco de forma totalmente distinta. Por ejemplo, cuando trabajo con un dibujo, creo que funciona mejor trabajar un día en el boceto, otro en la línea, otro en el color… De esta forma, si cada parte de un proyecto lo hago un día, me funciona mejor, porque separo la carga de trabajo aunque luego cada día pueda ir avanzando otras cosas.
Respecto al tema de la inspiración, no tengo ni idea de cómo lo hago. Me gusta plasmar lo primero que se me ocurra, puede salir mejor o peor, pero es lo que me funciona.
Además, yo tengo un problema y es que cuando debo imaginar algo que debo dibujar, no imagino las cosas con imágenes. Por lo tanto, me toca ponerme a garabatear los conceptos hasta que encuentro una buena representación de lo que quiero hacer.Por ejemplo, uno de mis artistas favoritos, Kim Jung-gi, decía que él sí que tenía en mente siempre lo que quería dibujar y podía hacer unos bocetos increíbles. Él tenía una forma diferente de pensar a la mía, cada uno tiene unos procesos distintos.
H.D.: Sea como sea, creemos que los dibujos te quedan preciosos igualmente.
C.D.: Desde hace un año, sí, pero si miro más atrás no me gustan todos mis trabajos.
H.D.: Pero eso a los artistas les suele pasar, ¿no?
C.D.: Sí, pero creo que ahora he llegado a un punto que me gusta mucho. Echando la vista atrás, yo empecé a dibujar hace relativamente poco y no fui a clases, por lo que aprendí mediante ensayo y error. Me abrí un perfil de instagram y subí dibujos de personajes, fondos… y todo tipo de cosas para poder ir mejorando todos los aspectos a la vez. Yo nunca he tenido una base de estudios, pero últimamente ya veo que empiezo a tener un buen nivel en todos los aspectos, así que aunque en el futuro pueda no convencerme lo que estoy haciendo ahora, como mínimo creo que estará bien.
H.D.: ¿Cuál ha sido tu proceso de formación? ¿Has aprendido de forma totalmente autodidacta?
C.D.: A mí siempre me ha interesado mucho el mundo del arte, pero más que dibujar, siempre me gustó más tener ideas para proyectos. Por eso mismo, estudié cine, porque creía que tenía más salidas que el dibujo, aunque luego vi que no. Nunca me sentí del todo cómodo en el mundo del cine, me costaba hacer realidad mis ideas. Asimismo, me adentré en el mundo del dibujo y fui aprendiendo mediante ensayo y error. Tuve la suerte de estar viviendo en Corea una época y conocí a una chica que dibujaba como los ángeles. Ella me aconsejó practicar haciendo, por ejemplo, 20 minutos al día de prácticas de poses y me fue muy bien. Creo que lo más importante para aprender es dibujar mucho y ser muy autocrítico, aunque quizá yo lo sea demasiado y eso tampoco es bueno.
H.D.: Y si tuvieras que darle un consejo a alguien que está empezando en este mundillo, ¿qué le dirías?
C.D.: Yo estoy en contra de los consejos de que hace falta un curso u otro. Creo que cada persona es distinta y aprenderá de una forma única, por lo que lo único que recomiendo es que dibujen a diario y que descubran dónde tienen menos nivel, para mejorar. Por ejemplo, yo fallaba mucho en los personajes y empecé a hacer 10 minutos al día de poses, que también me sirve para hacer un poco de calentamiento. También me ha ayudado aprender a hacer cubos y cilindros en perspectiva, porque creo que si sabes hacer eso serás capaz de dibujar cualquier cosa. En general, creo que la clave está en dibujar mucho y encontrar los puntos fuertes y débiles de uno mismo, para saber en qué centrarse.
H.D.: Por otro lado, ¿te gustaría trabajar más en el mundo de la animación?
C.D.: He trabajado un poco en algún proyecto de animación, pero es algo que no me ha acabado de atraer porque son proyectos muy largos y yo suelo aburrirme pronto de las cosas. Aunque es cierto que hace muchos años estudié un poco de animación. Esta es una cuestión que podríamos extrapolar al mundo de los videojuegos, pero básicamente a mí me gusta más trabajar haciendo concepts o ideas y supervisando que la animación que hagan otros compañeros funcione. Suena demasiado importante, pero a mí me encaja más el rol de productor ejecutivo en el mundo de la animación. Sin embargo, valoro muchísimo el papel de los animadores porque creo que ese es el punto más alto de los dibujantes y no creo que les llegue ni a la suela del zapato, los valoro mucho.
H.D.: Hablando de videojuegos, ¿cuáles dirías que han influido en tu estilo?
C.D.: No es que sean mis videojuegos favoritos, pero que hayan influido en mi estilo diría Animal Crossing, Katamari Damacy, Gregory Horror Show o incluso el My Sims, el otro día lo vi y me sorprendió porque me di cuenta de que dibujaba igual que el arte de ese videojuego. Si lo llevamos más al mundo del anime, diría que Sargento Keroro y Magical Doremi me han marcado mucho. También tengo que mencionar Scott Pilgrim, que es de mis cómics favoritos. Por otro lado, también soy muy fan del horror de los 80, como La Cosa o La Mosca. Además, también me encanta todo lo que tiene que ver con Lovecraft.
Mi estilo es un mix de muchas cosas, pero tengo la suerte de que Cult of the Lamb tiene un estilo muy similar a la mayoría de proyectos que he comentado. Este videojuego es un trabajo que me encanta y estamos trabajando en cosas muy chulas que no puedo mostrar, pero he de decir que se nos está yendo la flapa con algunas ideas que van a quedar genial.
H.D.: Eres un artista que ha trabajado en muchos mundillos distintos y has colaborado en proyectos muy diferentes entre ellos. Si tuvieras que elegir el trabajo que más satisfacción te ha dado realizar, ¿cuál sería?
C.D: Sin duda me quedo con el mundo de los videojuegos. En particular, Cult of the Lamb me ha venido genial a nivel personal. He tenido la suerte de estar trabajando con una empresa con la que me he podido comunicar de forma muy fácil, que es algo que me cuesta bastante. También me han dado mucha libertad creativa. Tanta, que a veces me vengo muy arriba. Por ejemplo, una vez propuse plasmar la idea de aquel vídeo de Avengers en el que Ant-man se introducía por el ano de Thanos y después se hacía grande para acabar con él. Me dijeron que no, pero intentaré colarlo más adelante (comenta entre risas). Es un ejemplo que creo que refleja muy bien lo cómodo que estoy en el proyecto artísticamente.
Además, el equipo detrás de Cult of the Lamb está formado por gente muy competente y eso me encanta. Al final, cuando trabajas en un cómic todo recae encima tuyo y es una sensación muy distinta. Todo esto hace que este videojuego sea el proyecto que más he disfrutado.
H.D.: ¿Cómo de grande es el equipo de Cult of the Lamb?
C.D.: Cuando yo empecé estaban los tres jefes y el programador, pero ahora somos alrededor de 20 personas. Yo era el único artista junto al director de arte, pero ahora hay varios animadores y otros roles de arte. Sin embargo, los roles que más hemos añadido son community managers para las distintas redes sociales, por ejemplo, que es algo que ni nos planteamos cuando estábamos empezando, que tan solo eramos 4-5 personas.
Me gusta mucho porque estamos trabajando en muchas cosas y no paramos de crecer. De hecho, hace poco hicimos una recreación del videojuego para las bodas de unos fans en Australia. Una de ellas era para una pareja de furros que iban disfrazados con el traje de furro y todo. Lo bueno de trabajar en Cult of the Lamb es que trabajas en cosas de todo tipo. También hicimos una rave en una iglesia con la temática del videojuego, es un proyecto muy divertido.
H.D.: Como hemos comentado, has trabajado en todo tipo de industrias y esto te abre muchas puertas. ¿Con qué franquicia o marca te gustaría colaborar?
C.D.: A mí me gusta trabajar en proyectos en los que tengo libertad creativa. Es cierto que he trabajado con Brawl Stars, Genshin Impact o Star Wars, que la saga me flipa. Sin embargo, son colaboraciones puntuales y eso es lo que me gusta, porque si estuviera más atado a Star Wars luego vería las películas y no las disfrutaría porque estaría pensando en el trabajo. Me gusta tener bien separados el mundo laboral de aquello de lo que soy fan.
H.D.: Se ve que eres un gran fan del mundo de los videojuegos, así que vamos a imaginar un poco. Si te dieran la capacidad de diseñar cualquier videojuego, ¿con cuál te quedarías?
C.D.: Hay dos. Primero, el Katamari Damacy, que es un juegazo y no entiendo por qué no han hecho otro, aunque más que un remake me gustaría crear un sucesor espiritual del videojuego. Por otro lado, me encantaría también hacer algo como el Gregory Horror Show, que es un videojuego que hizo Capcom y que podríamos definir como un Resident Evil para niños. A mí me encanta toda esa estética que tiene un diseño infantil pero es muy creepy, así que me gustaría mucho hacer algo de ese estilo, como si fuera un Resident Evil pero con un diseño no tan adulto.
H.D.: Un debate muy presente en el mundo del arte ahora mismo es la IA y es un tema que genera mucho miedo a la gente de cara a futuro. Desde tu punto de vista, ¿cómo ves el futuro de la ilustración? ¿Crees que la IA marcará tanto los próximos años en la industria?
C.D.: Yo pienso que la IA está aquí y estará, podemos quejarnos, pero es lo que hay. Estoy muy de acuerdo en que es una mierda cuando las empresas lo usan y cuando se utiliza el trabajo de otros autores, creo que no hay debate en que eso está mal. Hablo desde el contexto de alguien que tiene la suerte de ya estar metido en la industria y que cuenta con bastante trabajo, porque si estuviera empezando me desmoralizaría más. Sin embargo, pienso que si la IA se utiliza como una herramienta y no como resultado final, podría ser positivo. Por ejemplo, muchos artistas usamos Pinterest para buscar referencias, no para copiar nada. Y esto se podría hacer con la IA, pues como referencia visual le puedes aportar muchos datos que te ayuden a ver si los colores quedan bien o muchos otros conceptos específicos.
Si se hace un buen uso de la IA puede ser una herramienta que ayude a acelerar algunos procesos como hacer los flats, que es algo en lo que Photoshop lleva tiempo incorporando algunas funciones. Es cierto que yo soy muy catastrofista, pero ya que está, creo que es bueno intentar buscar las cosas positivas que podamos sacar de la IA.
H.D.: Tienes razón, hay que intentar ver el lado bueno. De todas formas, vamos a ir acabando la entrevista y siempre nos gusta hacerlo mirando a futuro. Por lo tanto, ¿podrías decirnos cuáles son tus proyectos u objetivos de cara al año 2025?
C.D.: Habiendo vivido las dos caras de la moneda: ser el que manda y ser el mandado, he de admitir que me encanta ser el mandado (comenta entre risas). El problema es que ahora tengo demasiados trabajos: estoy trabajando en un cómic y estoy haciendo cosas para Cult of the Lamb, que yo me quedaré ahí como los violinistas del Titanic, hasta que pueda. En este proyecto tengo claro que me quedaré siempre que sea posible, pero, por otro lado, me encanta hacer cómics, aunque creo que es un trabajo agotador.
Hace unos años me contactaron los de Frederator Studios (Hora de Aventuras) y a raíz de ahí descubrí un poco lo que sería el trabajo ideal para mí. Me encantaría seguir en Cult of the Lamb e ir trabajando puntualmente para estudios de animación, y ya si saliera un videojuego, también, que me encanta. Aunque no todo es el dibujo, ahora que me va bien me gustaría hacer algún proyecto de algo que me guste mucho, como una bocatería o una escape room. Sin embargo, justo ahora me pilláis en un momento de crisis porque llevo siete años trabajando sin parar y estoy un poco cansado. A ver si cuando acabe el cómic tengo la oportunidad de reestructurar mi vida y reencontrar mis hobbies para poder dedicarle tiempo a otras cosas.
H.D.: Ojalá podamos ver tu potencial en un momento de calma, seguro que queda un trabajo increíble.
Y hasta aquí la entrevista con Carles Dalmau, uno de los artistas más destacados de nuestro país y además un tipo muy simpático con el que disfrutamos charlando sobre todo tipo de temas. Recordad que, tanto a él como a nosotros, podéis seguirnos en nuestras redes sociales para no perderos nada. ¡Nos vemos en la próxima!
