¡Hola! Seguidores de Hanami Dango, hemos vuelto. Hoy os traemos una obra, diríamos que si bien conocida por haberse publicado en la Shonen Jump, no es de que las que suelan captar especial atención. No hablamos de otra que de Eyeshield 21 y nuestra reseña sobre ella.

Si bien la obra puede no sonaros, seguramente sí que os suene One Punch Man o Dr. Stone. Pues que sepáis que el guionista Riichiro Inagaki, el mismo de Dr. Stone, y el dibujante de One Punch Man, Yusuke Murata, formaron equipo una vez hace tiempo. Era la primera obra para ambos y además no en cualquier revista, sino en la Shonen Jump.

Eso, para un mangaka, es besar el cielo en los comienzos. Pensamos que esta ilusión de las primeras veces y de querer comerte el campo, es una de las cosas que se nota en Eyeshield 21 y ayudó a dar forma a la obra. Esa ilusión de pegarle un bocado fuerte al mundo la tenían los autores, y saltó al manga y a sus personajes.

Eyeshield 21 portada manga

Título: Eyeshield 21.
Autores: Riichiro Inagaki (guionista), Yusuke Murata (dibujante).
Editorial: Planeta Cómic.
Género: Spokon, comedia.
Volúmenes: 13.
Páginas: 592.
Precio: 18,95€.

Porque Eyeshield 21 también va de comienzos, concretamente, de un equipo de fútbol americano en un instituto. Sí, no nos engañemos, es un deporte que tiene bastante poca tirada en Japón, ya ni hablemos en España. Y sí, posiblemente es el motivo por el que nunca se había licenciado hasta ahora. Pero, por favor, chicos, una oportunidad. Este manga es buenísimo. O no, luego nos lo podéis tirar a la cabeza si queréis. Pero, al menos, haced el intento de leerlo, aunque sea una vez.

Saltando la barrera de quizá lo ajeno que se siente el deporte para nosotros, llegamos al instituto Deimon, donde tiene lugar principalmente la trama de Eyeshield 21. Y ahí nos encontramos a Sena, Sena Kobayakawa. Diréis, nuestro protagonista, pero, ah, esta obra acaba siendo algo coral, un poco al estilo de One Piece. Sena es nuevo y pretende encajar porque toda la vida se han metido con él y le han obligado a hacer recados. A pesar de ello, esto le ha otorgado un talento especial (que también será explotado más adelante). Mientras mira en el tablón si está admitido, aparece otra pieza muy importante de esta historia, Mamori.

Mamori Anezaki, además de ser una fuerte presencia femenina en este shonen (y sin sexualizarla, que ya es un triunfo para la época de la que hablamos, principios de los 2000, y en la demografía de la que hablamos), es uno de los pilares que comanda la obra. Es nuestra mánager, la que cuida, prepara y entrena al equipo. ¿Y quién nos falta en este shonen que parece típico, pero luego no lo es tanto? Hiruma. Y aquí entra su famoso y estruendoso YA-HAAAAAAAA. Diréis, vale, Sena es el típico protagonista con la filosofía de esforzarse, que se va superando a sí mismo. Mamori, la novia de Sena. ¿Y Hiruma? ¿Qué narices representa Hiruma?

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Hiruma conforme y Kurita llorando al tener a Mamori de mánager en el equipo.

Hiruma, nuestro coprotagonista, en esta reseña de Eyeshield 21, es la ruptura total con la filosofía de los shonen (aunque luego veremos que sí hasta cierto punto, pero tampoco completamente). No es el chico que tiene que redimirse, ni tampoco el villano —a pesar de que lo parezca al principio. Es el hambre feroz de probarse a uno mismo. Hiruma es ese chico que quiere ganar, y no le importa cómo tenga que lograrlo. Dicho así, suena despiadado, y Hiruma tiene algo de eso, pero es buen tío, con sus principios, aunque a veces resulten cuestionables.

Youichi, que es su nombre, aunque nadie le llama así por temor, es nuestro quarterback. El alma del equipo, el que lo pone en pie y pelea con quien haga falta por sacarlo adelante. Un huracán de armas de fuego y chicles de menta. Y sí, os podéis imaginar que, entre Mamori, que vive para cuidar a Sena como si fuera su hermano pequeño, y Hiruma, el hombre feroz, hay roces por las formas de pensar y vivir. Ah, ahora Mamori no parece el amor de Sena, ¿eh? Pero os dejaremos hacer vuestras propias averiguaciones más adelante.

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Hiruma y Mamori discutiendo por primera vez tras aceptar ella el puesto de mánager del equipo.

Nuestro quarterback tiene un compañero incondicional a pesar de que no parezca objeto de su cariño por los desprecios que le hace —realmente son muestras de cariño de Hiruma, como comprobaréis más adelante. Ese es Kurita, el único miembro del equipo, aparte de Hiruma, al comienzo de la obra. Kurita es como ver un dango con piernecillas, enternece por sus formas y su corazón. Todo lo que tiene de fuerza bruta físicamente, lo tiene de suavidad cuando hablamos de sentimientos. Kurita y Sena conectan inmediatamente.

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Hiruma dándole órdenes e insultando a Kurita.

Sena y Hiruma… Bueno, Hiruma ve su oportunidad para que los Devil Bats, nuestro equipo, consiga ganar partidos de una buena vez. Y diréis, ¿cómo juegan partidos si solo son tres jugadores cuando el fútbol americano necesita mínimo once para jugar? Fácil. La libreta diabólica de Hiruma.

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Hiruma y su libreta diabólica de chantajes.

Si habéis visto/leído Death Note, no hace falta que recordemos lo poderosa y mortífera que puede ser una libreta. La de nuestro quarterback no es tan letal. Simplemente apunta los secretos más oscuros de todos lo que conoce para emplearlos cuando toque. Hiruma le da a Sena la oportunidad de ser algo más cuando decide que sea su runnerback. Y le permite hacerlo a su ritmo. Le deja (o, mejor dicho, le obliga), a jugar con un casco con visera, así nadie sabe quién es. Así nadie le roba a su estrella. Así nace Eyeshield 21. Ya os podéis imaginar con qué número juega en el campo Sena.

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Sena saliendo a jugar su primer partido obligado por Hiruma en la posición de runnerback con el número 21 (su número de admisión en el instituto Deimon).

Como habréis visto a lo largo de esta reseña, Eyeshield 21 tiene muchas cosas buenas. Nos enseña a valernos por nosotros mismos (Sena), a que no debemos tener miedo a ir al 100% a por las cosas que queremos, sabiendo siempre que podemos lograrlo (Hiruma). Porque, emulando a nuestro capitán, ¿quién juega un partido que sabe que no tiene ninguna posibilidad de ganar? Nos enseña también que hay que dejar que los demás vuelen y que es importante descubrir que quizá tenemos talentos que no conocemos (Mamori). Que no pasa nada si el sueño al que hemos dedicado nuestra vida no es el nuestro, siempre hay otros sueños (Monta). Y podríamos seguir con cada personaje de la obra, porque todos nos han dejado lecciones fundamentales que podemos aplicar a nuestra vida.

Tal vez la obra no emplee un ámbito muy atractivo para muchos lectores. Pero, aunque nos guste el fútbol americano… Por dios, lo brutal de esta obra son los personajes, el carisma, la garra que tiene el motor de este manga. Tiene anime para el que se lo pregunte, pero no abarca toda la trama. Quedándose a las puertas del final. Tremendo error por su parte. El manga… es una delicia. Si estáis acostumbrados al dibujo de Yusuke Murata, sabéis de qué os hablamos. Y el desarrollo de los personajes… Riichiro Inagaki, qué gran trabajo hiciste.

Finalmente, el 29 Manga Barcelona nos regaló una de las sorpresas más bonitas que recordamos en un anuncio de licencias. ¡Planeta licenció Eyeshield 21! Y nos llegó nada más y nada menos que en una edición 3 en 1. Así que, ya sabéis, ¡deseamos de corazón que os animéis a leerla gracias a esta reseña de Eyeshield 21! Y esperamos que vosotros también soltéis dentro de poco un estruendoso ¡YA-HAAAAAAAAA! y nos compartáis vuestras impresiones y comentarios por aquí o por redes sociales. ¡Hasta pronto!

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