¡Hola, seguidores de Hanami Dango! La temporada de invierno de este año llega a su fin y es momento de despedirnos de algunas de nuestras series favoritas. Afortunadamente, en el caso de Jujutsu Kaisen, sabemos que ese es un mero hasta luego, porque su segunda temporada no debe estar muy lejos de ser anunciada (¡y ya se anunció una película para el próximo invierno!). Bienvenidxs a esta crítica final de Jujutsu Kaisen, el anime de MAPPA que logró hacerse con el máximo galardón en los Crunchyroll Anime Awards.

Por si vivís debajo de una roca y no te enteraste de qué trata Jujutsu Kaisen, aquí te va un rápido resumen. El anime se basa en un manga de Gege Akutami, cuya historia sigue a Yuuji Itadori, un joven que llevaba una vida normal hasta que ingirió uno de los dedos de Sukuna, una de las maldiciones más fuertes de la historia. A partir de ese momento pesa sobre él una sentencia de muerte, pero eso no lo desalienta. Decide tomar esta oportunidad para adentrarse en el mundo de la hechicería y cumplir así con la última voluntad de su abuelo: tratar de salvar a todas las personas que pueda.
La premisa es simple y su ejecución también, después de todo se trata de un anime de pelea clásico de la Shonen Jump. No es difícil encontrar reminiscencias a muchas otras series como Bleach o Naruto. Sin embargo, esto no lo hace un mal anime, de hecho, el resultado es el contrario, estamos ante un show sumamente entretenido que no tiene desperdicio.

Los elementos comunes están embebidos de una estética un poco más tétrica y con un elenco acotado pero sumamente carismático. Todo esto se condimenta con la correspondiente dosis de buenas escenas de pelea que solamente un estudio como MAPPA podría haber logrado animar.
Un Shonen con Todas las Letras
Ya hemos hablado extensamente en Hanami Dango sobre la manera en que Jujutsu Kaisen logra apegarse fielmente a la fórmula construida por la Shonen Jump, incluso le dedicamos todo un video. Este aspecto, que podría ser criticado como una falta de creatividad, en realidad se vuelve una de las fuerzas de Jujutsu Kaisen, porque en vez de seguir ciegamente punto por punto los elementos que conforman a este tipo de animes, Jujutsu Kaisen entiende lo que hace funcionar a las obras de este género y moldea estas características a algo que se sienta como una serie clásica, pero con su propia huella digital.

Por lo tanto, Jujutsu Kaisen tiene aspectos arquetípicos, como un protagonista que contiene en su interior un demonio super poderoso, pero la manera en que esto se ejecuta es parcialmente diferente a lo que podríamos esperar y no se limita a ser, por ejemplo, una mera copia del Kyuubi de Naruto. Sukuna, la maldición en cuestión, es un personaje que se siente genuinamente atemorizante, es una pizca de caos y maldad cuyo accionar se siente metódico y calculado, lo cual lo hace mucho más peligroso. Además, la serie rápidamente establece que el poder de Sukuna no va a venir a salvar a Yuuji en cada situación que lo necesite, sino que él mismo se las tendrá que ingeniar para salir del peligro.

Otro elemento, como la motivación de Yuuji, que de manera sencilla puede resumirse en un simple deseo de salvar a todos, logra ser tratada con su propio estilo. Porque constantemente la sencillez de ese pensamiento es puesta en tela de juicio y cuestionada. Yuuji de inmediato se encuentra con la dura realidad de que no siempre va a poder salvar a los demás y su motivación va evolucionando a medida que su conocimiento de este mundo se le va revelando. De hecho, tan duro es su aprendizaje que lo vemos morir, sí, literalmente. Obviamente esto es solucionado, porque si bien Jujutsu Kaisen se anima a hacer algunas cosas diferentes, jamás iría tan lejos como para matar definitivamente a su protagonista. Aun así, esta muerte carga con un peso para él y es un paso importante para entender su lugar en este universo repleto de gente mucho más fuerte que él.
El comienzo es quizás donde más se encuentran estos elementos básicos y donde son más notorios. De hecho, el primer capítulo es tan simple que uno puede prever absolutamente todo lo que va a pasar, y el segundo y tercero continúan un camino bastante similar. En ellos se mantiene el ritmo de una introducción, sin mucho para destacar, salvo por lo que se vuelve uno de los máximos atractivos de Jujutsu Kaisen: los personajes.
Hechiceros y Maldiciones
Jujutsu Kaisen tiene un elenco bastante reducido, si bien en la segunda mitad de la serie vemos cierta expansión, durante gran parte de la primera mitad nos centramos solo en cuatro. Ellos son: Yuuji Itadori, nuestro protagonista; Megumi Fushiguro, estudiante de hechicería con un semblante serio; Nobara Kurosaki, una hechicera con un carácter duro y, finalmente, el personaje más querido de la serie, nuestro maestro ojos de cielo, Satoru Gojo.

Es muy posible que alguien que haya visto Jujutsu Kaisen tenga entre sus personajes favoritos a algunos de estos. Esto es algo destacable, porque muchos shonen hacen un pésimo trabajo estableciendo a los personajes principales y en esta serie hasta Yuuji escapa de ese problema. No es extraño escuchar que el protagonista de un shonen es uno de los personajes menos queridos, pasa en Naruto, Boku no Hero Academia y hasta en grandes clásicos como Dragon Ball. Y si bien Yuuji quizás no sea el favorito de todo el mundo, es muy difícil que te caiga mal.
Cuando llega la segunda mitad de la serie se nos introduce no solo a algunos de los compañeros de clases superiores de la escuela de nuestros protagonistas, sino también a sus contrapartes de Kyoto, la otra escuela de hechicería de Japón. Esta última mitad de Jujutsu Kaisen está marcada por un clásico arco de torneo, donde, si bien no es el clásico duelo de un personaje luchando en un ring contra otro, la intención es la misma. Este arco resultó ser la plataforma perfecta para introducir a estos nuevos personajes y mostrarnos más de su química. Cada una de las piezas del elenco de Jujutsu Kaisen da en el blanco, ningún personaje sale sobrando, y hasta los que tienen una participación eventual, como Junpei, se vuelven relevantes por su impacto en el desarrollo de nuestro protagonista.

Esto obviamente no se restringe solamente a los buenos de la historia, después de todo, ¿qué sería de un buen shonen sin sus respectivos villanos? Y este no es un aspecto flojo en Jujutsu Kaisen. Antes de adentrarnos en personajes en sí, la amenaza principal son las maldiciones, representaciones espectrales que nacen de los miedos y ansiedades humanas. Estas se dividen en diferentes niveles y pueden ser monstruos sin mucha conciencia hasta seres humanoides con planes y objetivos claros. Pertenecientes a este último grupo tenemos a Jougo, Hanami y Mahito, cada uno representando un miedo distinto y con sus propios momentos para brillar en la serie.

Mahito es quizás a quien podríamos calificar como el villano principal de esta parte. Él representa el miedo nacido de los humanos hacia otros humanos. La primera vez que lo vemos hace una horripilante muestra de sus habilidades. Su apariencia es tenebrosa y de inmediato se nos introduce a sus métodos manipuladores y a su retorcida manera de ver el mundo. Otro personaje que no debe ser relegado es Getou Suguru, un ex hechicero que fue compañero de Gojo y es algo así como la mente maestra detrás de los acontecimientos más oscuros.
Con un escenario que nos presenta a buenos personajes, tanto héroes como villanos, con un desarrollo dinámico y entretenido, ¿qué más puede faltar?
¿Y los Madrazos?
Cualquier serie de acción que se precie de serlo debe tener, precisamente, acción, y esto es algo que Jujutsu Kaisen hace incuestionablemente bien. Es en este apartado donde tenemos que celebrar el increíble trabajo que MAPPA está logrando con la animación. Si bien la primera parte tiene una buena dosis de peleas, es en la segunda cuando todxs nos quedamos sin aliento. Esto es sorpresivo, porque el camino suele ser el contrario. Usualmente las series arrancan con un nivel alto y, a medida que van progresando, este decae. Jujutsu Kaisen arranca en un buen nivel y para el final aumenta el volumen hasta el 11.
La acción es fluida, las coreografías son ingeniosas y con un fuerte foco en el combate cuerpo a cuerpo. Esto obviamente explota durante el arco de la segunda mitad, que enfrenta a la escuela de Kyoto contra la de Tokyo. Acá nos encontramos con tremendas secuencias de vuelo, peleas con armas muy bien ejecutadas, poderes impresionantes y una intensidad que con cada episodio no hace más que crecer.
Jujutsu Kaisen es un excepcional ejemplo de un anime que logra elevar el nivel de la obra en que se basa. Es usual escuchar críticas cuando un anime cambia cosas para mal, pero poco se dice cuando lo contrario sucede. Jujutsu Kaisen toma elementos que están en crudo en las viñetas de su manga y las eleva en calidad. No solo por la tremenda animación, sino también por cómo se decide mostrar lo que se ve. Sobre este aspecto, todos los aplausos deben ir dirigidos hacia la plantilla involucrada y, principalmente, el director, que con su visión y fuerte expresividad audiovisual ayuda a intensificar momentos y traducir lo que ocurre en una página a un formato diferente.
Seong-hu Park (The God of High School) mostró ya en su trabajo previo tener capacidad para dirigir acción, pero en Jujutsu Kaisen logró demostrar también que entiende a la perfección el terror y la comedia. Sobre esto último, la diferencia con el manga es notoria. Muchos chistes que caen planos en la obra original, en el anime tienen como resultado grandes carcajadas. Jujutsu Kaisen está colmado de estos momentos, si no estás en el borde de tu silla por la acción, vas a estar mordiéndote las uñas del miedo o destornillándote de risa.
Música para Nuestros Oídos
Un aspecto que tampoco es relegado en Jujutsu Kaisen es la brillante banda de sonido. Si hablamos de los openings y endings los halagos llueven. Ya sea la gran canción que abre esta serie en la primera mitad, KAIKAIKITAN, de EVE, o la que lo hace en su segunda parte: VIVID VICE, de Who-ya. Y ni hablar de Lost in Paradise, el ending que ha sido parodiado mil veces, interpretado por ALI y AKLO. Tampoco podemos dejar atrás a give it back, de Cö shu Nie, una canción mucho más lenta que el resto, pero que también se demuestra efectiva y de gran calidad.
No menos destacable es el trabajo de la banda sonora original del anime. Okehazama Alisa, encargada de la música, realizó un brillante trabajo. Previamente ya había demostrado habilidad para crear música enérgica, vibrante y con un estilo hip hopero, así se nota en el otro anime en el que trabajó, The God of High School. En Jujutsu Kaisen a esto le suma la capacidad de instrumentar los momentos siniestros y misteriosos del anime.
Jujutsu Kaisen no es una serie perfecta, pero sí es una brillante representación de lo que este género es capaz. Es un anime que logra superar a la obra en que se basa y hacerla ascender a nuevos niveles de calidad gracias al trabajo de un staff talentoso. Si querés un anime entretenido que te de una buena dosis de adrenalina, no tenés que buscar más. Para quienes ya la disfrutamos, no nos queda más que aguardar por una segunda temporada que de seguro llegará más pronto que tarde.

¡Hasta aquí llega el post de hoy! ¿Vosotros habéis visto Jujutsu Kaisen? ¿Qué os pareció? ¡Podéis dejar vuestros comentarios por aquí y por redes sociales! ¡Muchas gracias por leer esta crítica final del anime! Si les gusta este contenido, les recordamos que hemos abierto recientemente una página de Patreon, donde pueden aportar su granito de arena para que este proyecto sea cada vez más grande. Además, tenemos nuestro servidor de Discord, donde poder hablar de manga, anime y muchos más temas. ¡Hasta pronto, lectores de Hanami Dango! 🍡