¡Muy buenas a todos una vez más, estimados adeptos a Hanami Dango! Hoy nos sentamos a hablar de Kare Kano, shojo mítico que editó la desaparecida Glénat en los 2000, pero que, para nuestra dicha, Distrito Manga ha decidido recuperar recientemente. Si lo vuestro son los romances de siempre, ¡coged vuestra tacita de té y sentaos a disfrutar de la buena merienda que se viene!
Título: Kare Kano
Autor: Masami Tsuda.
Editorial: Distrito Manga
Género: romance, comedia.
Volúmenes: 10 (cerrada).
Páginas: 424 páginas en B/N.
Precio: 16,95€.
Yukino Miyazawa es la estudiante modelo perfecta: guapa, amable, buena en los deportes, y siempre es la mejor de la clase. Pero no es oro todo lo que reluce; en realidad todo es una fachada y su único objetivo en la vida es ganarse los elogios y la admiración de los que la rodean. Cuando por fin empieza el instituto, conoce a quien parece ser su media naranja: Soichiro Arima, un chico guapo, atlético, popular y muy inteligente. Sin embargo, desde que le roba el primer puesto de la clase, Yukino lo odia y trama cómo recuperar el lugar que le corresponde. Lo que no espera es que Soichiro, el mismo chico al que le tiene manía, le confiese su amor ¡y tampoco espera que él descubra su fachada y lo utilice para chantajearla! Parece que ambos son más parecidos de lo que creen y juntos se prometen que dejarán de fingir ser perfectos para ser ellos mismos.
Este primer tomo de Kare Kano abarca un total de diez actos o capítulos, incluyendo entre medias un capítulo especial y un comentario a modo de diario de la autora para cerrar el tomo.
Nuestra historia arranca con Yukino Miyazawa, una chica de secundaria a la que todos adoran en su instituto y que ya en las primeras viñetas nos deja intuir que no tiene rival en cariño y popularidad… Hasta que aparece el otro delegado del curso, Soichiro. Sin embargo, Yukino actúa así por pura vanidad, esforzándose constantemente en todo por ser la mejor, pero luego en su casa es vaga y caprichosa.
Es gracioso ver cómo es su propia familia la que enfatiza esta farsa burlándose de ella y de cómo se pavonea en público, aludiendo a que es una cosa que ha hecho desde que era pequeña. Tsukino se esfuerza estudiando por las noches para poder rivalizar con la atención constante que acapara Soichiro… Y este, mientras tanto, se dedica a ser majo con ella, a preguntarle por sus gustos y a intentar pasar juntos.
Obviamente, esto es un shojo y sabemos a lo que venimos. Queda patente que a Soichiro le gusta Tsukino, mientras esta que le odia no para de maldecir por dentro cada vez que se lo encuentra. Hasta que… este descubre por accidente que ella finge en el instituto todo el tiempo interpretando el papel de «doña perfecta». Yukino se siente expuesta y aterrorizada y le suplica que le guarde el secreto, a lo que él accede a cambio de chantajearla.
A medida que van pasando tiempo juntos, descubren cosas del otro, como que Yukino luego es muy perezosa y muy vanidosa, y Soichiro teme la soledad y busca que los demás siempre se sientan orgullosos de él. Pero también van descubriendo cosas sobre ellos mismos y la clase de persona que aspiran a ser a lo largo de su vida, y cuáles son sus motivaciones.
Con el tiempo, nuestra protagonista se da cuenta de que, si bien ha podido cogerle tirria en un primer momento, con el trato, se está enamorando de él. No obstante, Soichiro ya se ha declarado y ella le ha rechazado, de manera que piensa que ha entrado en una situación irreversible por su propia culpa, al más puro estilo Orgullo y Prejuicio.
Mientras esto sucede, sus compañeros de instituto asisten perplejos al cambio de imagen pública, pues tanto Miyazawa como Arima han pasado a ser ellos mismos en su vida escolar, contrastando con su imagen previa de perfección. Al mismo tiempo, nuestros protagonistas avanzan en su relación atravesando múltiples baches propios de una relación sana y real, como el miedo, la duda, las inseguridades…
Finalmente, se declaran mutuamente y comienzan a salir, solo para darse cuenta de que al llevar sobre los hombros tantas responsabilidades de estudios, extraescolares y comités, les es casi imposible pasar tiempo juntos por culpa del festival de deportes. Aunque al final consiguen sacar ratitos para estar juntos y campear el temporal.
La última parte del tomo cierra con la integración en la vida diaria del otro de la pareja, con su primer amigo en común, Asaba, y con sus respectivas familias. También en su vida escolar, pues los propios profesores de ambos se acaban inmiscuyendo en la relación al ver que baja el ritmo de estudio de ambos. Pero todo queda resuelto favorablemente.
Con un dibujo sumamente dulce y muy noventero, con sus característicos ojos grandes, esos pelos lisos, y formas redondas, encandila según se lee. Para aquellos que disfrutamos de Fruits Baskets en su momento, nos deja una sensación sumamente familiar y placentera, algo lógico, dado que son coetáneos. Tiene un ritmo de narración sumamente correcto, y te integra en la historia con profundidad y ligereza a partes iguales desde el principio.
Trata temas como la evolución personal, el primer amor serio, el descubrimiento de uno mismo o la primera relación madura y sana de una manera exquisita y muy bien llevada. Kare Kano es una lección de amor sana, pura y real que da absoluto placer degustar. Sin duda, una firme candidata a convertirse en una de nuestras obras favoritas.
Esperamos de corazón que os haya gustado esta reseña y que os animéis a disfrutar de la obra tanto en su formato manga, pues la edición de Distrito Manga está muy bien cuidada, como en su formato anime, el cual dirigió Hideaki Anno, director sumamente querido y respetado en esta casa. ¡Y por supuesto, compartid con nosotros vuestras impresiones! Un abrazo y nos leemos pronto, cuidaos mucho, queridos lectores.
