¡Bienvenidos, lectores y lectoras de Hanami Dango! Todos conocemos obras de anime que han tenido un éxito rotundo y en esta ocasión vamos a adentrarnos en uno de los aspectos más interesantes de la industria japonesa.
No mentimos si decimos que la idea primigenia de este post fue hablar de obras que habían fracasado por comenzar con unos aires de grandeza, pero hemos decidido hacerlo justo al revés, buscar aquellas obras que han triunfado con unos inicios humildes, pero no por ello simples.

Queremos destacar la importancia que han tenido la ausencia de prepotencia en las obras nombradas para que las hayamos disfrutado, las disfrutemos y sigamos haciéndolo. Una de las claves de su éxito es que nos han sabido llevar muy bien de la mano para en el momento apropiado dejarnos claro que estamos ante una obra mucho más profunda e interesante de lo que parece.
Vamos a centrarnos en obras de anime, por lo que ya tenemos en mente que parten de una fama anterior para que su paso a la pantalla se materializase. Si no explicitamos que una obra ha nacido para el medio audiovisual, el proceso habitual será de un paso de manga a anime.

Que las obras tuviesen una fama anterior en su edición impresa, no asegura que su serialización ya partiera desde una posición de privilegio. Para las empresas de animación suponía (y supone) un riesgo tomar la decisión de animar una obra, pues no tienen asegurado su éxito, aunque obviamente presupone una tranquilidad para la empresa.
Podemos empezar por una de las obras que más entretenimiento (y dinero) ha generado y sigue haciéndolo: One Piece. La comedia de Oda es el principal pilar de humildad que existe en la obra. Su protagonista posiblemente sea uno de los más genuinamente creados, en particular nos parece un reflejo de esas personas que tienen el don de la gracia.
Luffy se nos presenta con una sonrisa enorme desde casi el comienzo de la serie, es un símbolo propio más del protagonista, casi tanto como el sombrero de paja. Esa comedia nos ayuda a adentrarnos en la serie y mostrar simpatía, es la primera mano que se tiende al espectador para que se agarre a ella y se adentre en los mares de mano del Estudio Toei.

Sin ese enlace quizá muchos de los actuales fans no hubiesen seguido con la serie, es un vínculo creado (con o sin intencionalidad por parte del autor) con absoluta genialidad. Según se desarrolla la serie podemos poner en cuestión la comedia de otros personajes (a Foxy no lo vamos ni a calificar), ya que en ocasiones se convierte en repetitiva, y puede ser cansina.
Sin embargo, nosotros preferimos verlo como el principio de comedia que consiste en la repetición. Quizá no te haga gracia Usopp cuando hace por vigésimo octava vez la broma «es el capitán de más de 8000 hombres», causa risa la resistencia del personaje y por lo tanto nos reímos de la repetición y no de la broma.

Con Odd Taxi ocurre algo similar. De hecho, esta obra es la única que señalaremos que no tiene manga previo. Se podría resumir como una rara avis, es la típica obra que a priori como idea puede no calar en los gustos comunes. Es por esta razón que echa mano de un ambiente cómico per se, de hecho, a veces propio de una comedia surrealista.
Si algo puede hacer que te quedes prendado de esta serie es su indiferencia: parece que a la serie (como producto) todo le da igual. Es decir, no busca en ningún momento trascender en el espectador, al igual que la obra de Oda, su intención no es otra que entretener y si durante su misión quieres adentrarte en lo que subyace bajo ese mundo animal cargado de moral humana, corre únicamente de tu cuenta.
A la comedia de la que está impregnada la serie hay que añadirle otro punto más, que es la intriga que la rodea. Cuando menos te lo esperas estás delante de un personaje totalmente nuevo, que te saca de la trama principal, y tu mente se queda esperando, buscando una forma de relacionarlo con la historia principal y cuando eso sucede solo podemos sentir gozo.

Concluimos el apartado de la comedia como elemento carente de prepotencia y que sirve en estos dos casos y muchos más como conector con el espectador. Los autores (y estudios) no buscan ser la serie más graciosa del mundo, ni la más importante; por eso han tenido éxito.
Otra manera para crear conexión con el espectador es hacerle sentir pena por el protagonista o por un elenco de personajes de una serie. Los japoneses son unos maestros en esto, lo hemos visto en muchísimas obras y podríamos hacer una lista casi infinita; incluso Luffy podría entrar en la lista, pero consideramos que su punto fuerte es lo dicho anteriormente.

Un ejemplo de esto es Naruto, pero también podría ser Kimetsu no Yaiba (Guardianes de la noche) o muchas del estilo, son hijas del mismo formato. En estas obras y otras muchas entramos de lleno a ellas porque nos tocan el corazón. Queremos que Iruka salve a Naruto, porque en menos de veinte minutos se ha convertido en alguien al que no queremos que le pase nada malo.
No porque Naruto sea alguien especial, sino porque lo vemos como a un niño inocente. Es por esa razón que también queremos lo peor para el dueño de la tienda de máscaras. Cabe destacar que construir así a un personaje puede estar muy meditado o no, lo que seguro que no es casualidad; es una señal de la herencia de una cultura y de una tradición.

Sin lugar a dudas, los tiempos han cambiado y los autores se han cansado de la victoria de la que han gozado siempre este tipo de personajes y han envuelto sus historias de más crudeza, como se puede ver en Guardianes de la Noche: tren infinito, ahora la victoria es solo una opción más y no nada obligatorio.
Por último, señalar que los criterios señalados son muy amplios y muchas las obras por clasificar, pero nuestra intención es conocer por qué hay obras que tienen un puesto en lo más alto, superando a sus predecesores.
Hemos intentado buscar qué es lo que tienen en común grandes obras actuales y hemos concluido que un buen punto para empezar era analizar el comienzo de las series, viendo como se trataban de unos inicios aparentemente simples, pero llenos de detalles y sobre todo, amables (entendiendo esta palabra como «aquello que se puede amar»).
Y hasta aquí nuestro post de hoy. ¡Esperamos que os haya gustado! Podéis seguirnos en Twitter, Instagram, Twitch o en nuestro canal de Discord. ¡Recordad que también tenemos Patreon y una tienda de ropa anime! ¡Hasta la próxima!