¡Bienvenidos, lectores y lectoras de Hanami Dango! Ahora que que ha acabado Ataque a los titanes (Shingeki no Kyojin), es un buen momento para analizar algunos ámbitos de esta obra. Por supuesto, tenemos que avisaros de que a lo largo del post se harán spoilers de acontecimientos del último capítulo del anime, por lo que, si aún no lo has visto, te aconsejamos que lo hagas. Dicho esto, esperamos que disfrutéis la lectura.
Quizá muchos vieran la complejidad de la obra de Isayama desde su inicio, pero recordamos el momento que marcó para muchos un punto de inflexión: conocer la vida de Grisha Jaeger, el padre de nuestro protagonista. Las claras referencias al nazismo fueron una sorpresa; ahora la serie contaba con más complejidad y se abría otro enigma, una vez cerrado el que trataba de conocer qué se ocultaba en el sótano de los Jaeger.
Por si fuese pequeña la piscina que supone hablar de esta serie en el momento en el que de más popularidad goza, además, vamos a hablar de temas ciertamente complejos y que hoy en día están siendo utilizados constantemente, hablaremos de revolución, del interés por conocer, de guerras y batallas, es decir, hablaremos de la libertad en Shingeki no Kyojin.
La supervivencia contra la amenaza externa, la necesidad de conocer el mundo más allá de los muros y la libertad son algunos de los temas principales de la obra; pero no se tratan de tres puntos sueltos, sino que tienen conexión entre ellos: si la libertad no es estar dentro de los muros enjaulados, entonces necesito estar fuera de ellos y, sobre todo, no morir en el intento. Se podría decir que ese es el punto de partida de la serie.
Por lo tanto, al inicio de la serie la libertad no sería más que la necesidad por conocer, por no ser engañados. Aquí entra el cuerpo de exploración, que forma parte de las fuerzas militares del reino junto a la Policía Militar y las Tropas de Guarnición, y es el encargado de conocer el mundo que se abre tras los muros, como su nombre indica.
Por supuesto, esta noción cambia en cuanto Eren se transforma en titán. Cualquier transformación nos lleva de lleno a Ovidio y a Kafka, pero eso sería irse por otros caminos que se escapan de la intención de este post. Ahora las dudas que se abren son otras: se puede recuperar el muro María, se controla un arma contra los titanes y Hange va a disfrutar muchísimo con sus experimentos.
Una vez con la sorpresa de que Annie era otra titán y su silencio cristalizado, el cuerpo de exploración se dispone a recuperar el territorio perdido, y es en ese momento cuando se desvela el pastel: Reiner y Bertholdt, dos de los compañeros de nuestros protagonistas, son también titanes y no cualquiera, sino el titán acorazado y el titán colosal respectivamente, culpables del primer asedio a la ciudad natal de Eren Jaeger.
Llegado este momento, y antes de despedir al personaje de la serie, toca hablar del comandante Erwin, el mando más alto dentro del cuerpo de exploración. Erwin Smith es ya conocido tanto por la incursión donde se descubre que Annie es la titán hembra como por el famoso discurso de entrada al cuerpo de exploración.
Tras la lucha contra Reiner y Bertholdt por recuperar a Eren, el decimotercer comandante pierde el brazo derecho y muere antes de conocer lo que se esconde en el sótano de la casa de los Jaeger. Muere por decisión de Levi, que decide convertir a Armin carbonizado en titán para que se coma a Bertholdt y consiga su poder.
No es nuestra tarea decidir si era mejor opción que fuese Erwin el que tuviese el poder del titán colosal. Lo que sí sabemos es que el compañero de Eren y Mikasa recibe toda la presión para convertirse en el nuevo Erwin, tanto por los momentos de confianza dados por sus camaradas como los otorgados por los superiores.
¿Qué es la libertad para Erwin? Posiblemente eso no lo sepa ni Isayama. Quizá no lo sepamos nunca o puede que mediante el paso de los años lleguemos a un análisis certero, tanto de este como de cualquier otro personaje. Por lo tanto, lo que vamos a presentaros es un análisis somero y que tendrá que seguir siendo analizado en el futuro.
Uno de los rasgos más importantes de Erwin es su ascendencia, concretamente su padre. El Sr. Smith es conocedor de algo que no debe ser conocido por la mayoría. Su teoría acerca de la monarquía era cierta: la familia real Reiss es capaz de alterar los recuerdos de la humanidad. Como resultado, es torturado y asesinado por el gobierno. Sin duda alguna, el padre del comandante tiene alguna conexión con alguien poderoso que conoce el secreto o que tenía en su poder textos que dejaban la historia por escrito y que han sido heredados.
Nos acercamos a ver cómo es el sistema político y monárquico en Ataque a los titanes y cómo la información es un peligro. Al crecer, Erwin se convertirá en el 13.º comandante del cuerpo que porta en su espalda las alas de la libertad. El hijo del Sr. Smith busca seguir respondiendo a las preguntas del padre y conocer aún más. Ese conocimiento se encuentra en el exterior, por eso se aventura a recorrer la zona extramuros.
Podemos pensar que la libertad para el decimotercer comandante no es otra que la que designan las alas que porta en su chaqueta, explorar para conocer y, a raíz de ahí, es decir, del conocimiento, juzgar la siguiente situación. Le sucede Hange, su libertad sigue muy de cerca los pasos de Erwin, añadiéndole un aspecto más investigador y científico con respecto a lo que el estudio de los titanes se refiere.
Necesitamos, para seguir analizando la libertad en la obra, no pasar por alto la muerte de los padres de Armin. Junto a la muerte de la madre de Historia y la del Sr. Smith son muertes provocadas por el gobierno.
Un gobierno, sin duda, autoritario y mentiroso en una sociedad que se basa económicamente en la artesanía, la agricultura y la ganadería y que está viendo cómo la burguesía está en crecimiento. De hecho, el único trabajo que podemos pensar que se sale de la norma es el de Grisha Jaeger, que es médico, pero trae los adelantos de una sociedad más avanzada, como es la de Marley.
Una burguesía que está claramente apoyada por la monarquía y por la Iglesia. Son los tres núcleos de poder desde donde se dirige toda la sociedad, siendo un reflejo de las sociedades medievales avanzadas de nuestra historia. Estos tres poderes controlan a la población de distintas formas: la Iglesia crea su parafernalia para que un pueblo crea que hay salvación mediante el perdón; la burguesía controla al pueblo porque dependen de ellos para sobrevivir; y la monarquía es la encargada de que el pueblo olvide su pasado.
De esta manera se crea una compleja telaraña de relaciones de poder. Por si esto fuera poco, el rey controla los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Además, es una monarquía de pega, es decir, falsa. El rey auténtico se encuentra escondido y es conocedor de la historia que se oculta al pueblo y que se hereda de portador en portador en las memorias del titán fundador. Hablaremos más tarde de la revolución que derroca a este rey.
Es el turno de Eren Jaeger. Si alguien es un obseso de la libertad es él, de esta manera tenemos que cuestionarnos: ¿es Eren libre? La repuesta a esto es aún muy compleja, pero podemos intentar acercarnos a una respuesta. Lo más fácil es seguirle la corriente a Eren y pensar que sí es libre, ya que conoce todo lo que va a pasar y lo arriesga todo por activar el Retumbar y asesinar a gran parte de la población. Incluso acepta la muerte de su madre por la anterior mujer de su padre para conseguir su objetivo final. Esa es una de las mayores pruebas de que Eren es libre. Pero, ¿y si estuviese engañado, al igual que lo está Grisha?
Entonces comprenderíamos que Eren no es tanto el culpable, sino que lo es la voluntad del titán de ataque. Creemos que por esa razón le confiesa a Armin que solo quería vivir feliz con Mikasa y nos da la sensación de que no es su voluntad, que ha sido obligado por la voluntad del titán de ataque. Ese final, con alguien acercándose de nuevo al árbol de la tumba de Eren, puede ser una pista de que alguien adquiriese ese poder de nuevo.
Imaginemos que esta suposición no es correcta; es fácil que nos demos cuenta de que Eren es un narcisista. Para él solo existe una solución posible y es él, porque se presupone el más poderoso por tener los poderes de, primero, el titán fundador y el de ataque y, por último, el poder del titán martillo de guerra. A todo esto se le suma el asesinato de su madre y la procedencia de su padre, así como los pensamientos de este sobre la libertad de su hijo y las esperanzas que tenía dispuestas en él.
Quizá Eren Kruger, más conocido como el Búho, le dijera a Grisha que cuidara de Armin y Mikasa porque iban a ser la clave para derrotar a nuestro protagonista y lo viera en los recuerdos de Eren.
Lo que sí tenemos claro es que los actos del protagonista son condenables por cualquiera que sea medianamente razonable. No hay manera de aceptar la masacre que produce Eren. Esa es la razón por la que los camaradas de Eren se alían con Marley para vencerlo. Y puede que ahí esté la clave, volveremos a esto en un momento. Antes repasaremos por qué Marley manda a sus soldados (niños con poderes de titán) a recuperar el poder del titán fundador.
En Paradis viven en un «paraíso», con esto nos referimos a que viven fuera de todo conflicto mundial. Los muros de Paradis no solo los protegían de los titanes, sino también de cualquier amenaza externa. Vivían en su propio mundo, debido al lavado de cerebro que les hacía la casa real a los eldianos. Pero la situación mundial se vuelve tan en contra de Marley que no les queda otra que volver a por el poder del titán fundador que tiene el rey de Paradis.
Aunque sean considerados como demonios por Marley, necesitan de sus propios «demonios» para seguir matando a otros «demonios». Es decir, necesitan más poder militar para poder seguir conquistando pueblos y destruyendo culturas y civilizaciones, como las de Onyankopon. Por lo tanto, la muerte de la madre de Eren (y de todos los muertos por la ruptura del muro) se produce por una intención imperialista de Marley.
El único interés que las élites marleyenses tienen en los eldianos es militar, son carne de cañón para no morir ellos, aunque sean niños, como el caso de Gabi y sus compañeros. Esto deja algo claro y, por desgracia, hoy día lo tenemos más presente que nunca: las clases inferiores se matan por las ideas imperialistas de los dirigentes.
¿Tiene la revolución pensada por Eren sentido? Fue Marley el que rompió el pacto de paz y el que rompió los muros, y por esta razón podemos pensar que puede ser justo un contraataque a Marley. Quizá sí. Pero como dijo Marco, si hubiesen hablado, todo hubiese ido mejor.
Sin lugar a dudas, la revolución de Eren tira de unos nacionalismos muy claros, pero entre la batalla entre Marley y Paradis aparece una idea medianamente buena: la alianza eldiana. Creemos que aquí está la clave, si Eren no fuese tremendo narcisista y no hubiese destruido la alianza en busca de una supremacía basada en él y con apoyo de otros militares (los llamados jaegeristas), que ven en Eren la única salvación.
Por desgracia, son las estúpidas ideas de Floch las que triunfan a favor de Eren y no la alianza entre los eldianos de Marley y Paradis. Y esto, en nuestra opinión, es lo que falla. La guerra está mal planteada, Eren mata al mundo por defender su isla, pero olvida su condición de clase.
Es decir, la revolución tenía que haber sido entre los eldianos y marleyenses (como se observa en la alianza contra Eren) contra los que los explotaban, es decir, contra las élites eldianas y marleyenses, porque un eldiano es carne de cañón hasta que es una persona poderosa, como Willy Tibur.
Por lo tanto, estamos ante una revolución fallida que solo garantiza la paz para Paradis durante cinco décadas aproximadamente, como se observa en el final del manga. Es una revolución reaccionaria y que prácticamente no soluciona nada. Si rescatamos la idea que dejamos a medias cuando hablamos de la revolución de Erwin contra la falsa monarquía, podemos comparar ambas revoluciones.
Mientras esta última está pensada al más mínimo detalle, contando con los apoyos y los hechos suficientes para conseguir derrocar a la falsa monarquía, la de Eren es todo lo contrario, es una revolución hecha por y para un solo hombre, donde los demás no tienen ningún papel.
Sí, quizá consiguiese su triste objetivo, aniquilar al mundo para que sus amigos puedan vivir medio siglo más, es decir, complicarle la vida a sus sucesores. Por eso es curioso ver cómo los niños, Gabi y Falco, son los que se dan cuenta de que no viven demonios en la isla. Es una revolución fallida porque no lucha por el futuro, sino por utopías narcisistas del presente.
Creemos que en algún momento, quizá desde el principio, Isayama se debatió entre crear un semidios que resolviera el conflicto en el que estaba envuelto o un héroe humano, con todo lo que ello significa, que nos sirviese, a modo de catarsis, como una advertencia de lo mal que podría ir el mundo si estas ideologías narcisistas siguen imperando en nuestras sociedades.
Y hasta aquí nuestro post de hoy. ¿Qué os ha parecido el análisis? ¿Opináis que Eren sea libre? Os leemos en comentarios. Podéis seguirnos en Twitter, Instagram o en nuestro canal de Discord. ¡Hasta la próxima!
