¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! Es posible que, si ya habéis conseguido que el para ti de TikTok os muestre contenido de anime y manga a mansalva, os hayáis topado con recomendaciones de títulos BL cargados de… cierta toxicidad; incluso violencia física. Pero, ¿por qué el manhwa tóxico tan explícito se ha vuelto tan popular?
Hoy, la redactora al mando, gran lectora de romance cuqui que puntualmente ha caído en las redes del hard, va a explicaros las razones narrativas por las que estas historias enganchan tanto. Como ejemplos, encontraréis los manhwas Jinx, Pintor nocturno y Killing Stalking; este último en realidad no fue concebido como boys love, pues su objetivo nunca fue el romance y la autora quería plasmar una relación destructiva a más no poder, pero gran parte del fandom decidió romantizarla, así que también habrá algunas referencias a ella.
Hace ya años, el boys love —las historias protagonizadas por romances entre hombres— consiguió hacerse popular con obras altamente problemáticas como punta de lanza. Junjou Romantica, uno de sus grandes clásicos, ya era bastante cuestionable, con relaciones con amplias diferencias de edad o nacidas de abusos. Y, en realidad, a día de hoy, conviviendo con cucadas de éxito como Sasaki to Miyano —en la que la pareja rezuma ternura y respeto por cada poro—, tampoco es raro encontrar BLs que poseen escenas sexuales en las que el consentimiento es dudoso o inexistente; algo que, también la redactora al mando hoy, ha criticado en numerosos posts.
Ahora bien, ¿por qué obras que llevan a otro nivel la toxicidad entre la pareja, en las que se llegan a incluir altas dosis de violencia de todo tipo (física, verbal, sexual), están cosechando verdaderas legiones de fans? Hablamos del manhwa tóxico, del manhwa hard BL.
De esas historias en las que el protagonista se ve obligado a cumplir con todos los deseos carnales de un tío rico porque las deudas económicas le ahogan (como en Jinx); de esas historias en las que el protagonista se ve forzado a servir al otro (como en Pintor nocturno); de esas historias en las que el protagonista es retenido y maltratado física y psicológicamente por otro (como Killing Stalking).
Así de primeras, puede chocar que historias de amor con premisas de pesadilla como estas prosperen… pero su extenso éxito reside en sus decisiones narrativas. Y con ellas dio Lorena cuando se vio a sí misma duramente enganchada a las tres obras mencionadas, aún criticando a menudo cualquier detalle chungo de los BL que lee; de verdad que no sabéis con qué nivel de ansia espera que el calendario avance hasta los días acabados en dos (2, 12 y 22), pues es cuando Jinx publica un nuevo capítulo.
SITUACIÓN LÍMITE
Si algo une a las tres obras altamente violentas de las que venimos hablando es el contexto de sus protagonistas. Y es que Dan, Na-kyum y Yoon Bum se encuentran en situaciones límites, con amenazas directas hacia sí mismos tan fuertes que, como lectores, surge de forma automática la necesidad de ver cómo salen adelante, cómo intentan hacer frente a lo que se les viene encima.
Dan tiene tantísimas deudas económicas encima que, cuando desde el hospital le indican que su abuela necesita un tratamiento aún más costoso, justo después de que Joo Jaekyung le proponga una cuantiosa cantidad de dinero mensual a cambio de mantener relaciones cuando a él le dé la gana, sabemos que no le queda otro remedio que aceptar. Está contra la espada y la pared. Y nosotros necesitamos acompañarlo.
Na-kyum se ha hecho con una extensa fama como artista por sus pinturas eróticas, lo que llama la atención Seung-ho, quien no solo es conocido por su título de noble, sino también por los cotilleos que circulan en torno a su lujuria… y su colérica locura. Cuando Seung-ho quiere charlar con Na-kyum, no tardamos en suponer que se va a encargar de obligarlo a servir como dibujante en sus noches de alto voltaje, a través de su reputación de violencia y sus favores de estatus. No tiene forma de poner resistencia, demasiado débil y demasiado pobre. Y nosotros necesitamos confirmar si la situación puede complicarse aún más para Na-kyum si cabe.
Yoon Bum salva su vida de milagro gracias a una declaración de amor: se ha colado en casa de Sangwoo, porque está obsesionado con él, y no tarda en descubrir que utiliza el sótano para retener y asesinar a las mujeres que conquista… y consigue evitar correr el mismo destino que ellas confesando el amor que siente por él. Entonces Sangwoo lo retiene, rompiéndole las piernas para evitar que pueda huir. No hay vía de escape posible para Yoon Bum de su propia desgracia. Y nosotros necesitamos saber si él mismo reconoce tal desgracia.
Estos chicos son diferentes entre sí —en especial Na-kyum, pues no siempre contiene sus formas malhabladas ante Seung-ho, a quien, de hecho, reprende enfurruñado a menudo a pesar de todo—, pero sin duda las complejas dificultades que muestran son un potente aliciente para que los lectores quieran seguirlos. Para que quieran verlos huir de sus problemáticos acompañantes de trama… ¿o no?
¿FINAL FELIZ?
Ya las situaciones límites a las que se enfrentan estos pobres protagonistas son suficientes para conseguir enganchar a la audiencia que se asoma a sus viñetas, pero también hay algo más que puede estar tras su éxito. Y es que, inconscientemente, aun sabiendo lo tóxicas de estas, cuando nos encontramos con historias como estas no podemos olvidar cómo se nos han vendido: se nos han presentado como romances. Lo que hace presuponer que terminarán juntos románticamente. Lo que hace que queramos ver cómo, teniendo en cuenta toda la violencia que se está sucediendo, eso es posible.
¿Cómo Dan o Na-kyum —dejamos fuera de la ecuación a Yoon Bum por lo que ya explicamos antes— van a enamorarse con lo que les están haciendo pasar? Eso es lo que desarrolla cierta atracción, el que exista la promesa de que existe ese extraño cómo. En Na-kyum ya lo hemos visto y en Dan parece ya estar desarrollándose un genuino interés por el bienestar de Joo Jaekyung.
No lo vamos a plantear como pregunta, lo vamos afirmar: es todo bastante enfermizo. Sí. Sí, claro que lo es. Para qué negarlo, es insano de narices que una víctima (porque son víctimas) desarrolle este tipo de sentimientos por sus agresores. Porque le quita importancia o hasta lo justifica. Pero narrativamente funciona. El morbo funciona y no hay nada que despierte más morbo que los temas escabrosos. Y pocos conflictos habrá, en cuanto a relaciones entre personajes se refiere, más escabrosos que de los que llevamos hablando todo el post.
A nosotros no suelen gustarnos muchos las frasecitas tipo «ay es ficción» para justificar el romantizar determinadas conductas. Si algo está mal, está mal y mostrarlo de manera positiva puede afectar en la sociedad que lo consume. Puede influir en las vidas de su audiencia al normalizar dichos comportamientos o, directamente, convertirlos en deseables a sus ojos. Pero que todo esto funciona en cuanto a narrativa, que engancha, es algo innegable y de eso estamos hablando en este post.
Cuidado, que no decimos que esté mal seguir este tipo de productos. Si devoras cada actualización de Jinx en cuanto está disponible, tranqui, la redactora tras estas líneas también.
Solo queremos remarcar que la forma segura de consumirlos es teniendo claros todos estos conceptos. Sabiendo que las historias de amor que tienen lugar cada día, fuera de libros y películas, no son así o no debieran serlo. Que querer va de la mano de cuidar y ser cuidado. De sentirse seguro y proporcionar la misma seguridad. De respetar y ser respetado. Y si no es así… nuestra recomendación es que pidas ayuda, a familiares y amigos o a un profesional, para poder salir de ahí. Llegará alguien que te quiera muy bonito.
Y hasta aquí nuestro post de hoy. ¿Qué pensáis vosotros de todo esto? ¿Encontráis algún otro motivo al éxito de estas ficciones tan peculiares? ¿Disfrutáis de ellas? Recordad que tenemos un servidor de Discord en el que adoramos poder charlar con vosotros. ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!
