¡Volvemos de nuevo, apreciados lectores! En esta ocasión vamos a hablaros de una obra tremendamente especial. Se llama Mononoke y en esta recomendación os vamos a explicar por qué es una parada obligada para todo fan del anime que se precie.

Mononoke —no confundir con La princesa Mononoke, por favor— es una serie de terror de 2007 que Netflix ha tenido a bien incorporar a su catálogo hace relativamente poco. Una decisión que aplaudimos, ya que de vez en cuando no está de más echar la vista atrás y recuperar títulos antiguos de tanta calidad como este. En sus 12 episodios, la serie narra varias historias que giran en torno a un misterioso boticario que recorre Japón dando caza a seres de pesadilla conocidos como mononoke.

Mononoke Recomendación_01 - Hanami Dango

Los orígenes del boticario

Mononoke es un anime con historia original. Sin embargo, el concepto que maneja cuenta con un precedente. Para localizarlo tenemos que retroceder a 2006, cuando vio la luz el anime Ayakashi: Japanese Classic Horror. Esta serie era en realidad una recopilación de tres relatos de terror independientes entre sí y diferentes tanto en historia como en estilo.

Mononoke Recomendación_02 - Hanami Dango
Bakeneko, de Ayakashi: Japanese Classic Horror

El que nos interesa es el tercero de esos relatos, titulado Bakeneko. En él se presentaba al personaje del boticario y se contaba uno de los casos de exorcismo en los que se veía envuelto. Bakeneko destacó por su inigualable estilo y por ser la más impactante de las tres historias incluidas en Ayakashi: Japanese Classic Horror. Como resultado, la idea fue rescatada posteriormente para crear una serie propia, dando lugar al nacimiento del anime que hoy conocemos como Mononoke.

Por su estructura, la serie no tiene una temporalidad muy definida. La obra está compuesta por historias autoconclusivas con casi nula relación entre ellas y sin apenas personajes recurrentes —más allá del protagonista—. Por lo tanto, es posible entender perfectamente lo que ocurre en la serie sin haber pasado antes por Bakeneko. De todas formas, es una parada que recomendamos encarecidamente. No solo es una historia magnífica en sí misma, también funciona muy bien como puerta de entrada al mundo que nos presenta este anime.

Forma, verdad y razón

Mononoke sigue una estructura de «casos». El boticario llega a un lugar, descubre la presencia de un mononoke y se prepara para exorcizarlo. Para la tarea cuenta con diferentes artilugios, pero su arma definitiva es su Espada Sagrada. Sin embargo, para desenvainar esta espada es necesario conocer la forma, verdad y razón de la criatura. Sin cumplir estos requisitos, el exorcismo es imposible.

La presencia de un mononoke nunca es un hecho casual, siempre hay una historia oculta que explica su aparición. Cada caso de la serie cuenta con su propia historia por desvelar; o lo que es lo mismo, su propio misterio. Responder a los requisitos del exorcismo —forma, verdad y razón— no es otra cosa que dar respuesta a las incógnitas principales del misterio: «el quién, el qué y el por qué».

Con todo, la serie difícilmente puede enmarcarse en el género detectivesco, pues no existe un detective como tal. El protagonista busca resolver el misterio, pero su papel se limita a instigar a los restantes implicados a que revelen la información que están ocultando para poder llevar a cabo el exorcismo. Al final, la verdad acaba saliendo a la luz por la fuerza de los acontecimientos, más que por la influencia del personaje.

El horror sobrenatural vs. el horror humano

En cada arco tiene lugar un pulso entre la amenaza creada por el mononoke y la reticencia de los personajes a revelar sus secretos. Lo que hace realmente aterradores a estos espíritus es que son capaces de deformar la realidad hasta convertirla en un infierno para sus víctimas. Al principio su influencia es sutil, pero poco a poco aumentan los horrores hasta que los personajes sobrepasan el límite de lo que puede soportar su cordura, y son forzados a confesar.

Con esta dinámica se fabrica una escalada de terror que incrementa de forma progresiva la tensión y angustia que genera la historia. Sin embargo, esta obra no se queda solo en eso. Rencor, odio, desprecio… Los mononoke son seres nacidos de las emociones más oscuras del ser humano. Y el nivel de infamia de estas criaturas solo es comparable al de los actos que les dieron vida. Dicho de otro modo, las historias ocultas tras los mononoke pueden ser incluso más horribles que los monstruos en sí.

El terror último oculto en este anime es el de la malicia del ser humano. Descubrir la forma, verdad y razón de las criaturas es necesario para acabar con ellas, pero al mismo tiempo significa sacar a la luz a los monstruos que residen en las personas. Resulta difícil saber cuál de los dos es peor.

Mononoke: un cuadro en movimiento

Al igual que su predecesor —el relato Bakeneko—, Mononoke fue animada por el estudio Toei Animation y dirigida por Kenji Nakamura. Ellos y su equipo son los responsables de uno de los apartados visuales más únicos y extraordinarios que han surgido de esta industria. En este caso no es la animación lo que hemos de destacar, sino su inigualable sentido artístico.

Mononoke fue creado para saturar la vista con un detallismo estético infinitesimal y un histrionismo cromático de una agresividad casi hiriente. Los escenarios, que parecen tan vivos como los propios personajes, están formados por un conglomerado abrumador de formas, patrones, texturas y colores. La sobrecarga sensorial es tan elevada que resulta ridícula. Es más propia de una pintura que de algo diseñado para ser animado, pero el impacto es tan imponente que deja huella.

La locura que acompaña a los mononoke está representada con una ingente cantidad de surrealismos audiovisuales. La serie maneja un imaginario de vértigo a la hora de plasmar sus horrores y no se deja limitar por la lógica o el sentido común. También es importante el papel que cumple el esotérico apartado musical, que pone la piel de gallina y contribuye enormemente a la construcción de la ambientación. Por si fuera poco, las excentricidades de la obra incluso se dejan sentir en una dirección imprevisible y con cierto deje esquizofrénico. El mismísimo Satoshi Kon estaría orgulloso.

Más allá del entretenimiento, en los horizontes del arte

Delirantemente brillante en sus formas y profunda en su significado. Así podríamos describir un anime que no se conforma con ser un artículo de entretenimiento; busca ser un producto artístico. La prueba está en que cada uno de sus fotogramas es una auténtica delicia visual. Además, otro de los éxitos de esta obra es que consigue ofrecernos un espectáculo único en cada uno de sus arcos argumentales. Algo que logra porque cada historia camina sobre sus propios temas narrativos y estéticos. 

Mononoke nos ofrece un repertorio de historias de terror tan truculento como fascinante. Aun así, en su énfasis por alcanzar la excelencia parece que asustó al gran público. A día de hoy sigue siendo una obra relativamente poco conocida, pese a la admiración que genera entre quienes la han experimentado. Por eso nos parece tan importante sacarla a relucir ahora que está disponible en una plataforma tan popular como Netflix.

Mononoke Recomendación_15 - Hanami Dango

Terminamos la recomendación de Mononoke recordándoos que la obra tiene anunciado un nuevo anime en formato película. El filme estaba previsto para 2023, pero su estreno tuvo que posponerse y todavía no tiene una fecha final confirmada. Aun así, su inminencia nos da una excusa tan buena como cualquier otra para rescatar su maravillosísima serie.

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