¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! Puede que a muchos de vosotros os suene el nombre Vanitas después de ser uno de los animes más esperados de la temporada anterior. Puede que también os suene el de Jun Mochizuki, conocida inicialmente por su obra Pandora Hearts y actualmente por Los apuntes de Vanitas. Pero ¿qué historia existe detrás de estos? Hoy os queremos hablar del papel tan importante que juega el nombre en su obra más reciente, una prueba del gran detalle en la creación de esta mangaka.
Antes de empezar, os avisamos que este post contiene spoilers del anime.
Los apuntes de Vanitas presenta una sociedad de vampiros con odio y rechazo a la Luna Azul, situándonos en París en el siglo XIX. Unas fechas que coinciden con el primer encuentro de Noé Archiviste y Vanitas, el médico de vampiros que, ante la inminente amenaza de las maldiciones a cargo de un enemigo desconocido, devuelve sus nombres originales a los vampiros poseedores de la maldición.
El origen de la maldición
Y es ahí donde comienza la trama: un nombre corrompido por el mal y los protagonistas, Vanitas y Noé, decididos a salvar a los vampiros. El anime llama a estos casos de maldición malnomen siendo estos los restos, las ruinas que dan pie a la pérdida de la voluntad al ser arrebatada por Charlatán. Una criatura incorpórea dibujada como el ruido e igual de estridente que este que produce un «mal nombre», sumiendo en completa oscuridad a sus víctimas entre espinas y lágrimas negras.


Es entonces cuando nos acercamos a la relevancia del nombre en la obra, siendo este hecho el desencadenante de la búsqueda de otros malnomen. Se trata la pérdida del nombre como la ausencia de juicio y razón, un descontrol que convierte a los vampiros en su versión más depredadora. Es por eso que desde el principio se muestra como un elemento crucial en la trama: «el verdadero nombre de un vampiro es como la vida misma».
Fuera de la ficción, supone una parte importante en la formación de identidades, un medio necesario para hacer frente a la realidad. Por lo que su pérdida se traslada al anime como una situación que provoca el miedo a la desconexión con su propio ser que impulsa la investigación de Charlatán.

Un pasado muy presente
La trama nos traslada al siglo XIX, un momento que marcó el inicio de la modernización en Japón. Lejos de sus fronteras, en París, se iniciaba la Belle Époque (Edad dorada) en estas fechas. Esta situación de desarrollo así como el periodo en el que transcurre la historia no han sido los únicos elementos elegidos con cuidado. Los mismos nombres de los protagonistas también esconden algunos detalles que se pueden percibir en el anime.
Vanitas fue el primero en señalar el nombre de su compañero de viaje como una referencia al Arca de Noé, lectura de la Biblia. Sinónimo de «descanso» o «paz», la palabra Noé se ajusta a su personalidad, siendo una persona apacible que intenta resolver los problemas sin violencia. Así mismo, su vinculación a este personaje bíblico recuerda su afán de intentar salvar a todos. Fiel a sus convicciones y amigos, vive anclado a un pasado que le arrebató a sus seres queridos a causa de la maldición, culpándose por no haber sido capaz de salvarlos.
Dominique de Sade, su compañera y amiga de la infancia, significa «que pertenece a Dios». Una designación que supone difundir su palabra y proteger a los demás. Es precisamente este aspecto final el que más se asemeja a Domi, a quien vemos desde el principio proteger a Noé de toda posible amenaza. Su hermano, Louis de Sade, quien aparece principalmente en los recuerdos de Noé, recibe su nombre del campo de batalla. Un «guerrero famoso» que afrontó un conflicto interno en soledad como portador de la maldición.

«La bruja del infierno», Jeanne, también guarda una historia detrás de su denominación, ya que se podría vincular con Juana de Arco, recordada como heroína de Francia. Ambos personajes fueron parte importante de un conflicto que aconteció casi durante un siglo (la guerra entre vampiros y humanos en el caso de Jeanne y La Guerra de los Cien Años en el de Juana de Arco).
A su cuidado se encuentra el Duque de Oriflama, conocido también como Lucius o Luca, que recoge el testigo de los numerosos reyes franceses que se han llamado de esta manera. Considerado también sinónimo de luz, se puede relacionar con su labor como consejero real más cercano.

Si avanzamos en la trama encontramos el arco de la bestia de Gévaudan, donde los principales protagonistas son Chloé D’Apchier y Jean-Jacques, dos personajes con reputaciones muy conflictivas en un momento que nos traslada al siglo XVIII.
Chloé, designación que también se le da a la diosa griega Demeter, se relaciona con el florecer. En el anime se habla concretamente del florecer de rosas blancas, consecuencia de la alteración de la Fórmula Mundial que trae a la memoria a Chloé las veces que se ha encontrado este campo de flores y sus investigaciones para convertirse en humana. También conocida como la «Bruja plateada», muestra finalmente su nombre real: Canorus, «la que toca los cristales de nieve». Aunque también es un tipo de pájaro cuco (Cuculus canorus) que, según algunas leyendas, anuncia la llegada de la primavera.
Su leal acompañante, Jean-Jacques, comparte nombre con el filósofo Jean-Jacques Rousseau, ilustrado del siglo XVIII que en principio veía bondad en los humanos, pero que acusaba a la sociedad como origen de su corrupción. Pasó a ver el egoísmo y odio como principales cualidades humanas que se sabían aparentar y que Aprix, verdadero nombre de Jean-Jacques, demostraba con su odio hacia lo mundano y la apariencia de bestia que tomaba para proteger a Chloé.

Uno de los paladines miembros de los Chasseurs es Roland Fortis, quien también responde al apodo del Sexto Paladín. Su nombre al completo podría entenderse como «la espada fuerte del país», una clara referencia a su lanza Durandal, que tampoco ha sido elegida al azar. Esta arma tan característica fue una de las más famosas en la Edad Media y mencionada en el Cantar de Roldán (La Chanson de Roland).
Otro personaje que también tiene trasfondo histórico es Paracelso. Este, aunque tiene una única aparición, se determina como el creador de la fórmula del cambio de constitución humana que dio origen a los vampiros y a la estarmita, el cambio de estructura del carbón. Así como se describe en la adaptación, Paracelso fue un alquimista y médico del siglo XVI que, si bien no fue la fuente de creación de los vampiros, es conocido sobre todo por sus aportaciones a la investigación y tratamiento de la sífilis.


La dualidad de la vanidad
Un nombre del que aún no hemos hablado es el de Vanitas. Uno que no es suyo y que además, al principio del anime, parece actuar con una personalidad que no es la propia según vemos con el paso de los episodios. Cuando hablamos de Vanitas hablamos etimológicamente de la vanidad, de la existencia efímera, de altanería y mentira. Características que se ajustan a esa persona sarcástica, segura de sí misma, despreocupada y hasta un poco egocéntrica que se presenta en los primeros episodios, construyendo una barrera entre la personalidad de Vanitas y lo que quiere aparentar.
Sin embargo, a medida que avanza la trama conocemos otras facetas de Vanitas. Vemos como quien se presentó como parte del clan del vampiro de la Luna Azul en realidad escondía un duro pasado entre experimentos y gritos de dolor. Poco a poco Vanitas se va abriendo a los demás personajes, preocupándose por ellos hasta experimentar amor o incomprensión por sus propios sentimientos.

La paradoja de Charlatán
El villano de esta historia actúa desde las sombras. Una mancha negra acompañada de una cacofonía perturbadora que anuncia la llegada de Charlatán. En relación a la cuestión que tratamos en este post, resulta cuanto menos curioso que aquel que usurpa el nombre de sus víctimas cuente con uno propio. Aun así, es un ejemplo de que incluso aquello que carece de forma, explicación o sentido tiene uno que lo identifique. Sin embargo, el arco de la bestia de Gévaudan revela la identidad del portador de la maldición: la primera vampira de la Luna Carmesí, el malnomen de la reina Faustina.
También conocida como Naenia, podemos relacionarla con la diosa romana de la misma designación que recuerda a un tipo de canción fúnebre llamada nenia. Dicha canción podría tratarse de la «disonancia del malnomen» o «la orquesta de la bestia» en las que los afectados por la maldición se aglomeran y unen sus voces en un solo lamento de descontrol.

¿Están todos los nombres escritos?
En el punto en el que se ha quedado el anime se ha desvelado la identidad del abuelo de Dominique de Sade, el exduque de Sade que se hace llamar Conde de Saint Germain. Una identidad que había permanecido oculta y que puede dar pistas del personaje que nos presentan, ya que el conocido duque no lo era tanto al presentarse a la sociedad a través de distintas denominaciones. Además, el inventor y alquimista, entre otros oficios, también recibía el título de inmortal.
A pesar de esta revelación, aún queda mucho por conocer, entre otros aspectos estaría el verdadero nombre de Vanitas. Si bien cada vez conocemos más a fondo a este personaje, ¿qué otros secretos de Vanitas podría revelar su verdadero nombre?
Por el momento, la adaptación del estudio BONES ha dejado muchas incógnitas en el aire aunque nada que ver con el pensamiento detrás de la elección de cada nombre. ¿Habíais relacionado estos aspectos de la obra? Dejadnos vuestros comentarios. Recordad que también podéis pasaros por nuestro canal de YouTube y nuestro servidor de Discord. ¡Nos leemos, seguidores de Hanami Dango! 🌸