¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! Y hoy lo hacemos de la mano de una obra muy especial: el manga autobiográfico Rosas que nacen del pandemonio, con el que, como lectores, nos adentramos en el mundo del shojo de los años 70 de la mano de Fandogamia Editorial. Aunque, bueno, eso es solo lo que promete, pues en realidad es mucho más. Dentro recomendación.


Título: Rosas que nacen del pandemonio. Crónica de una asistente de manga shojo en los 70 (Bara wa Shuraba de Umareru: 70-nendai Shoujo Manga Assistant Funtouki)
Autora: Nami Sasou.
Traducción: Luis Alis.
Editorial: Fandogamia Editorial.
Género: comedia, autobiografía.
Páginas: 180 páginas.
Precio: 12,00€

Si os paráis a leer la sinopsis de la contraportada de este tomo único, lo que dicen diferentes portales webs sobre ella o el propio subtítulo elegido por las editoriales —tanto niponas como españolas—, seguramente penséis que está pensado para fans del shojo. O, por lo menos, que está muy centrado en esa demografía en concreto. Y si bien es cierto que menciona a una gran lista de nombres icónicos, de mangakas de éxito de los años 70 como Suzue Miuchi o Jun Mihara, Rosas que nacen del pandemonio va mucho más allá de eso y llamará vuestra atención también por mucho más.

Y ojo, que sí que si sois grandes lectores de shojo, o de las autoras a las que se hace referencia, este manga sumará puntos con vosotros. Pero, para la redactora al mando hoy, no es este el detalle clave de la obra. Quizás por no ser ella lectora de esta demografía y haber encontrado el encanto que tiene este tomo único. En fin, que os cuento mi opinión y por qué creo que es una lectura muy chula.

Rosas que nacen del pandemonio sigue la aventura profesional de Nami Sasou —la propia autora de la obra— desde sus más primigenios inicios en el mundo del manga. Inicios nivel chavala de bachillerato que se presenta a todo concurso que pilla o que, incluso, deja de presentarse a concursos por verlo un mundo muy difícil. «Un sueño muy lejano».

Así, asistimos con ella a cómo consigue hacer sus primeros pinitos en el mundo del manga… y codearse con autoras de todo tipo y renombre. De las que a día de hoy, como también ella, tienen un gran nombre. La primera, la ya mencionada Suzue Miuchi, que tiene tan solo veinte años la primera vez que se la menciona en el tomo. Aunque, ojo, ya era reputada para entonces, motivo por el que Nami Sasou es puro nervio ante ella.

Pero también es puro nervio Suzue Miuchi, que tiene que sufrir a la «novata» pegada a su coronilla para verla dibujar y a la pobre se le hace bola con tal presión. Y esto es un detalle bonito de Rosas que nacen del pandemonio: como humaniza completamente a sus personajes, a las autoras que habitan sus páginas y también el mundo editorial que quiere plasmar.

Así, nos enfrentamos a problemas tan simples como olvidados dentro del dibujo de manga. ¿O te habías planteado alguna vez cómo se las apañaban para tener materiales de referencia con los que dibujar en los años 70? Bueno, mejor dicho: cómo se las apañaban para dibujar SIN NINGÚN material de referencia. La pobre Nami Sasou flipa cuando se estrena como auxiliar y siente ya no no saber hacer lo que le piden, sino ni siquiera contar con ese tipo de ayuda para ello. (Aunque, también te digo, si habéis sido becarios alguna vez, posiblemente empaticéis con ese sentimiento en pleno siglo XXI).

Todo ello, este acercamiento tanto al mundo manga, como a la demografía concreta o al humanizado día a día de los nombres tras él, viene enmarcado por un lindísimo estilo de dibujo que, como no podía ser de otra manera, nos lleva a aquellas grandes obras del shojo. Con sus ojos enormes y brillantes, sus trazos suaves o sus rostros llenos de expresión, Nami Sasou logra llevarnos al shojo sin hacer shojo, aunque, en realidad, qué es el shojo más allá de esas categorías estanco ya tan anticuadas. Ni tu edad ni tu género es relevante para meterte entre pecho y espalda esta obra (ni ninguna otra, en realidad).

Y diréis, a estas alturas del post en el que ya decimos adiós, «¿y ese pedazo de título rimbombante a qué viene?»: tendréis que leer Rosas que nacen del pandemonio para descubrirlo. 

Hasta aquí nuestra recomendación de Rosas que nacen del pandemonio, un tomo único que no os podéis perder si queréis conocer más del cotidiano día a día del profesional del manga. Con mucho humor y un dibujo superlindo, qué más se puede pedir. Os recordamos que adoramos recomendaros buenas historias y que podéis encontrar más aquí. ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!

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