¡Hola de nuevo, seguidores de Hanami Dango! Hoy os traemos un nuevo post en la web hablando sobre Shingeki no Kyojin. ¡Avisamos que este post contiene spoilers hasta el capítulo 123 del manga! Dicho todo esto, ¡vamos allá con «Shingeki no Kyojin: El Romanticismo clásico en la obra de  Hajime Isayama»!

A estas alturas ya no hay duda de que el manga de Shingeki no Kyojin está en el podio de los mejores shonen de este inicio de siglo, pero si vamos más allá de la trama que nos presenta el autor (Hajime Isayama) en su obra, vemos unas pinceladas muy interesantes de influencia clásica, como El Coloso de Goya (que tiene una apariencia obviamente parecida al Titán de Ataque de Grisha Jaeger) o una de las tantas imágenes que aparece en el tercer ending de la adaptación al anime (que nos recuerda al viaje de Moisés por el desierto Sinaí hasta la Tierra Prometida, haciendo así alusión a cómo hizo el rey Fritz para proteger a su pueblo llevándolos a Paradis).

Pero si vamos un poco más hacia adelante, concretamente hacia el Romanticismo, el movimiento cultural y político surgido en la Primera Mitad del Siglo XIXveremos más de una relación entre Shingeki no Kyojin y el pensamiento romántico.

Propulsado por la clase media y burguesía de la época, cada autor le impuso su propio estilo y características (puesto que una de las cosas que propugnaba era la creatividad de cada autor por sobre el seguir estilos), pero que, aun así, tanto a nivel estético como filosófico y político seguían una serie de características comunes:

Por un lado, tenemos la pasión sobre la razón. Los artistas pertenecientes a este movimiento buscaban la irracionalidad sobre la racionalidad. Liberar los más profundos impulsos y sentimientos (ya sea por escenas conmovedoras o fuertes, o por alguna situación que les disparara tales emociones) sin importar las consecuencias. A algunos, por ejemplo: no les importaría infectarse de enfermedades, hacer actividades arriesgadas o hasta suicidarse, si eso dictaban sus pasiones. Entonces, si miramos directamente el manga de Shingeki no Kyojin y los acontecimientos de los primeros capítulos, vemos como Eren se deja llevar por sus emociones y su odio hacia los titanes, sin llegar a pensar en las consecuencias.

Por otro lado, la búsqueda de la libertad a toda costa. En la época de la Restauración Monárquica y donde los ideales de la Revolución Francesa parecían haber muerto, este grupo de personas luchó por la reivindicación de las libertades individuales a cualquier costo, sin importar si esta llegaba a ser autodestructiva, perjudicial para los cercanos o incluso para la sociedad misma, algo que se relaciona con el punto anterior de la pasión por sobre la razón.

Que se haga la libertad, aunque los cielos caigan. Casi parecen palabras del propio Eren en los últimos capítulos del manga, en los que prefiere destruir su propia raza antes de privarse de la libertad que tanto ansía. Tanto él como sus predecesores.

Aún con todo esto, dentro de la propia búsqueda de la libertad, existe una autocrítica social. Relacionado con lo anterior, los romanticistas hacían una fuerte crítica social a su época.

Era la época de la Revolución Industrial, donde la humanidad parecía haberse deshumanizado, olvidado grandes ideales atemporales y con cierto estancamiento en las ideas progresistas. Los romanticistas criticaban las falencias de su sociedad con pasión y emoción, y como se dijo anteriormente, llegando incluso a ser autodestructivos o destructivos con su entorno o sociedad. Está más que claro que Eren es un romántico.

Luego estaba el nacionalismo y el militarismo. En una época de grandes imperios plurinacionales, donde el concepto de una identidad nacional estaba recién apareciendo, esta gente buscó reforzar tales identidades. La aparición de símbolos patrios, banderas, himnos, la exaltación de las características históricas y culturales, que por una parte tenían en común las personas como también los diferenciaban de otras naciones, fueron en aumento.

La nación se veía como un símbolo de la libertad de la gente y de su identidad, y por tanto debían ser defendidas a toda costa, añadiendo incluso la presencia militar para proteger la nación y los ideales. De esta manera, vemos como en el manga se forma la facción Jeagerista y la milicia Marleyana, defendiendo cada uno sus propios ideales.

Y, por último, encontramos el Individuo HeroicoEste habla de aquella persona capaz de lograr grandes cosas por pura fuerza de voluntad y la gran intensidad de su deseo. Es una persona capaz de hacer temblar la tierra si compromete al máximo su voluntad, su ser, y su completa pasión en ello. Será una persona que pueda cambiar el rumbo de la sociedad y la humanidad simplemente por su deseo y pasión. Incluso si llegase a morir o perderlo todo en el camino, una persona así se habrá convertido en un individuo heroico. Y este sería Eren, guiando a todos hacia un futuro de libertad, teniendo el poder para llevar a cabo sus planes por encima de todo.

La pintura que aparece a continuación, El caminante sobre un mar de nubes es considerada una de las obras más representativas del romanticismo, y que Hajime Isayama ha recreado con Eren como protagonista (y él mismo posando también).

¿Qué os ha parecido el post? ¡Si os ha gustado estaríamos encantados de saberlo! ¿Qué otras influencias clásicas debe tener la obra de Hajime Isayama que aún no hayamos podido detectar?, o más bien dicho, ¿qué no nos ha querido hacer ver aún? Por último, os dejamos por aquí un enlace a más contenido sobre manga.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.