¡Muy buenas, estimados adeptos a Hanami Dango! En el día de hoy nos congratula especialmente poder hablar del nuevo trabajo de nuestra querida Naoko Yamada, directora de A Silent Voice, la cual comentamos también en su momento. Os traemos la recomendación de Tu color, distribuida en España por Selecta Visión y que se estrenará en cines este 21 de febrero. Nosotros ya tuvimos el privilegio de disfrutarla en primicia en el festival de Sitges de este pasado año.
Gracias a la distribuidora, pudimos disfrutarla el pasado 14 de febrero en un pase de prensa organizado en Madrid, y no queremos perder la ocasión de hablaros de ella.
A cargo de Science Saru, estudio que tenemos muy fresco en nuestra memoria gracias a grandes obras como Lu Over the Wall, Night is Short, Walk on Girl, Scott Pilgrim da el salto o la más reciente Dandadan, nos queda un producto animado con un gran cariño y cuidado estético. Desde luego, como nos deja caer el propio título y también nos tiene acostumbrados el estudio en sus trabajos, el protagonismo absoluto del metraje es el color.
En este caso en concreto, se lleva un paso más allá de lo habitual, pues la protagonista de nuestra historia, Totsuko Higurashi, parece poseer sinestesia.
Para quien no esté familiarizado con el concepto, viene a ser una capacidad que poseen algunas personas la cual les permite experimentar varios sentidos al mismo tiempo que en circusntancias normales no tienen por qué estar relacionados. Esto significa que a lo mejor tocas un objeto y sientes un sabor, o percibes un color al leer letras. Totsuko, como vemos a lo largo de la cinta, tiene la capacidad de observar el color de las personas.
Entrando en la narrativa, la historia parece que va a desarrollarse en torno a esta peculiar habilidad, pero en realidad la obra gira en torno a la formación de la banda que está compuesta por Totsuko, Kimi Sakunaga y Rui Kagehira, y cómo el poder de la amistad canalizado en lo musical y lo visual los lleva a desarrollarse y crecer como personas.
A lo largo de la película vemos cómo ellos tres, cada uno en su forma y respecto a sus conflictos, pasan de un papel más pasivo y de cierto rechazo o vergüenza hacia ciertos aspectos de su vida o de sí mismos a una integración y afrontamiento plenos, sin miedo, pero no por ello de una manera idealizada. Pasan a luchar por sus sueños y a comunicarlos de manera abierta y directa.
Al estar los personajes en la adolescencia, se ejemplifica muy bien ese duelo que pasamos en esa etapa y también en la veintena. La presión de las expectativas que tienen tanto nuestros familiares como la propia sociedad en relación a ciertas metas que parece que debemos lograr e, incluso, exigencias implícitas.
Es interesante cómo se aborda el proceso de pasar de vivir esa sensación a elegir luchar por nuestras metas y nuestras identidades propias. Siempre es importante elegir lo que realmente queremos por encima de lo que opinen los demás. Ante todo, nuestra vida es nuestra.
También es un hecho que, si habéis crecido en un colegio católico, vais a conectar con la presencia del cristianismo en la película. Pues, volviendo al concepto de presión, a veces por la educación que recibimos, se nos imponen normas que realmente son demasiado rígidas y que no son tan «malas» realmente. Reglas que pueden llegar al punto de pedirnos una «rectitud» o «corrección» excesivas y quizá hasta en ocasiones antinaturales. Es interesante cómo se ejemplifica este hecho a través del coro y el hecho de cantar «salmos», como si el hecho de cantar algo fuera de esa esfera estuviera penalizado.
A través de las distintas canciones, se nos da una mirada a la personalidad y a los conflictos que atraviesan los personajes y cómo los van digiriendo con el paso del tiempo y el desarrollo de la cinta. Además es sumamente destacable cómo en el diseño de los fotogramas prima el color y cómo las formas se crean a través de la contraposición cromática y no mediante la línea. Con una paleta ante todo viva, pero sin caer en colores muy saturados. De esta manera, hay numerosas escenas en la que ese toque acuarela queda evidente y natural, dejando a veces las líneas para destacar el contorno de los personajes.
Se consigue una complementariedad entre la imagen y el sonido que resulta deliciosa y genuina, algo que casi es ya una marca de la casa en cada trabajo de Science Saru. Asimismo, se percibe ese toque de producción por parte de STORY (El tiempo contigo, Suzume) y TOHO (your name., El viaje de Chihiro) que enfatizan aún más ese sentimiento de calidad y producto metódicamente bien hecho.
El diseño de personajes está bien hecho, ejerciendo Totsuko de sujeto activo y extrovertido, y Rui y Kimi enfatizando esa personalidad introvertida que crece y se abre al mundo estimulada de la manera correcta. Son carismáticos, reales, y resulta sumamente sencillo identificarte al menos con uno de ellos, ya ni hablemos de empatizar con sus emociones o pensamientos.
Resulta curioso el hecho de que la religión y la fe que sirve de hilo conductor en el relato sea el cristianismo, dado que en Japón se percibe de manera exótica al no ser el grupo religioso principal. Y, por supuesto, el énfasis en general que tienen las disciplinas artísticas en la obra.
Valorándola en su conjunto, Tu color destaca por una profunda y emotiva narración, por una música fresca y dinámica, y por una visualidad viva y deslumbrante. Cumple más que de sobra con todos los aspectos técnicos y narrativos, resultando difícil sacarle una pega. Ni tan siquiera en el ritmo, pues la hora y media larga de película se pasa volando.
Tu Color cuenta con una perfecta capacidad para hacer reír y llorar (en el buen sentido) y, desde luego, os recomendamos encarecidamente verla. Quizá es pronto para hablar de mejor película del año, pero desde luego es una firme candidata para estar en el top de las mejores.
Esperamos, por tanto, que os animéis a acercaros a vuestro cine más cercano, porque si bien seguramente se acabe estrenando en plataformas… Amigos, esto hay que verlo en salas de cine. ¡Y, por supuesto, como siempre, dejadnos vuestras impresiones tanto por aquí como por redes sociales! Un abrazo y nos vemos pronto.
