¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! Hoy os traemos la crónica del día 3 de cobertura del Festival de Cine Fantástico Sitges 2025, el 11 de octubre.
Empezamos el día dirigiéndonos a la sala Tramuntana para disfrutar de la nueva cinta de animación de Alberto Vázquez. El director español que ya nos sorprendió hace unas ediciones con Unicorn Wars, vuelve con esta sátira anticapitalista con toques al Show de Truman. La película se estrenará en España el próximo día 24 de octubre de 2025 y os podemos adelantar que próximamente tendréis en el blog una entrevista a su director.
Continuando con la animación, nos dirigimos al Auditori para disfrutar de la francesa Arco: flamante ganadora del prestigioso festival de cine de animación de Annecy. La película podría describirse como un E.T. en el que el Extraterrestre es un chico humano del futuro que acaba perdido en el pasado buscando la forma de regresar a casa. Además, tiene un marcado mensaje naturalista y una banda sonora inspirada en las grandes composiciones de Joe Hisaishi, algo que nos evoca irremediablemente a Studio Ghibli.
La película cuenta con distribución en España de la mano de Caramel y YouPlanet, por lo que os recomendamos tenerla en consideración cuando aterrice en salas o plataformas.
Nuestro día siguió en Cinema Prado, donde pudimos disfrutar de la segunda sesión de cortometrajes de animación que compiten en Sitges 2025. Esta tanda nos trajo historias de muchas temáticas distintas y, entre ellas, pudimos disfrutar del precioso corto japonés de Shunsuke Koyama: First Light. Que más allá de ser el ámbito predilecto en este blog, fue sin duda alguna el corto más destacado de la sesión.
Una historia sobre un niño que junto al primer rayo de sol por la mañana despierta su imaginación para surcar los cielos en su cama de camino al colegio. Por el camino, nos cuenta en dos o tres frases las historias de la agricultora que hace crecer un campo de setas gigantes, el marinero que encuentra el amor en un naufragio y el panadero que felizmente hace su repostería estrella cada mañana, entre muchas otras. Todas esas historias son ilustradas de forma sublime y preciosa, dejando muchos fotogramas que podrían ser el fondo de pantalla de cualquiera, no solo por su estética, sino porque dan la sensación de abrirte la puerta a un mundo completamente nuevo.

Conforme avanza el corto, vemos que la realidad es muy distinta y que esas historias de ensueño son en realidad las de personas completamente normales y que el día a día logra comerles, igual que a todos. En este caso, se sugiere que el primer rayo de luz de cada mañana sea energía suficiente para afrontar un nuevo día con la mejor sonrisa posible. Asimismo, ese niño que vive siempre en cama nos recuerda que hay que buscar el lado bonito de nuestra rutina diaria y que, por desgracia, a veces las vidas más efímeras son las que más nos hacen acordarnos de que hay que ver siempre el lado bueno de las cosas.
Más allá de la producción nipona, destacamos los cortos Dreamwalker, de Luca Schenato y Sinem Vardarli, y Amarelo Banana, de Alexandre Sousa. El primero debido a su espectacular e ingenioso arte en el diseño de mundo, su enigmática pero atrapante trama y el mimo a cada detalle en la animación. El segundo es mucho menos ambicioso y más simple, pero le basta para contarnos una historia sobre un hombre superado por la vida adulta en la gran ciudad y que acaba encontrando en el piso de arriba una especie de secta que busca la pérdida de la consciencia para devolver al ser humano a su estado más primitivo, olvidando así el estrés y el agobio que pueden ocasionarnos nuestras vidas.
Nos vamos a permitir el lujo de hablar de una obra que disfrutamos en la sala Tramuntana pese a no ser ni animación ni producción asiática por tener una alta influencia del cine chino de artes marciales y porque también somos fans de la cultura italiana. Lo primero (y más importante) es que las leches de esta cinta son muy disfrutables, por lo que ya es una película que merece la pena ver. Además, el mix de romance italiano y kung-fu chino parece que acabará como un cóctel molotov, pero el resultado obtenido es una macedonia con muchas frutas pero que por alguna razón sabe bien.
Por otro lado, lo más destacado de la película es indudablemente Yaxi Liu, la actriz protagonista. Tal y como ha confirmado el director Gabriele Mainetti, ella no es actriz, sino que es experta en artes marciales. Es decir, Yaxi Liu realiza su debut actuando en The Forbidden City y os aseguramos que es la encargada de subir considerablemente la carga emocional de la trama, algo muy necesario para generar el empaque necesario de la película. En conclusión, si alguna vez os habéis preguntado cuál es el resultado de juntar la cultura italiana y la china mediante el enfrentamiento de dos mafias de Roma, esta es vuestra película.
El plato fuerte sin duda para darnos el subidón de fiebre del sábado noche es The Furious. Kenji Tanigaki estrena su tercera obra como director tras Master of Thunder: Legend of Seven Monks y Enter the Fat Dragon, conocido por sus increíbles y dinámicas coreografías. En The Furious es absolutamente bestial en sus puñetazos de acción, en su dirección de cámara y en un auténtico y magistral despliegue de peleas técnicas y bien hechas, es literalmente venir a pegarse bonito.

Con un metraje de casi dos horas, aguanta el ritmo sin decaer en ningún momento, siendo, ante todo, un festival de violencia sumamente bien ejecutada. Da gloria disfrutar de cada puñetazo y martillazo que ves. Sientes correr la sangre y gozas enormemente con y gracias a ello, a pura carcajada de satisfacción y de boca abierta. Los puntos cómicos en mitad del intercambio de golpes son aún mejores. Visualmente es una delicia con la que da gusto desahogarse. Pura creatividad de enganche en todos los sentidos de la palabra.
¡Eso ha sido todo por hoy! Si bien ha sido un día movido, todavía nos quedan muchos animes por ver en Sitges 2025. Estad pendientes a nuestras redes sociales para no perderos ninguna de nuestras crónicas del festival. ¡Nos vemos, seguidores de Hanami Dango! 🍡