¡Bienvenidos, lectores y lectoras de Hanami Dango! Hoy os traemos un reportaje sobre las condiciones laborales de la industria del manga que se dan en las revistas en Japón más importantes de Japón, tanto a los mangakas como a los asistentes de los mismos.
En un principio este reportaje iba a tratar única y exclusivamente sobre la afamada revista Shonen Jump, porque su importancia en el mundo de la industria del manga es altísima y porque pensábamos que iba a haber más información al respecto sobre la misma. Sin embargo, no hemos podido encontrar información sobre las condiciones laborales de los trabajadores de esta.
Es por esta razón que el campo de estudio se amplió a la industria en su conjunto, aunque la mayoría de los ejemplos serán extraídos de la afamada revista. Tampoco hemos encontrado noticias que traten con profundidad las condiciones laborales de los empleados de estas revistas, es decir, no las condiciones de los grandes autores que publican en ellas, sino las de sus ayudantes y demás personas (encargados de hacer las maquetas, jefes de imprenta, relaciones públicas, limpiadores, etc.) que trabajan en la misma.
Por lo tanto, solo podemos hacer cábalas con los datos que poseemos, y estaremos encantados de ampliar este artículo si tenéis información al respecto, por lo que os agradecemos de antemano la colaboración y el apoyo.
Japón, como la gran mayoría de países, vive sumergido en el capitalismo, y es así como debemos tratar las obras que más nos gustan, como el resultado de una persona o un grupo de personas surgido de la fuerza de trabajo que venden a cambio de una compensación económica, y que, por supuesto, como cualquier otro trabajo, genera plusvalía.
Todos conocemos, de oídas al menos, lo importante que resulta para la sociedad nipona el trabajo, llegando a hacer horas extras continuamente o/y viviendo por y para trabajar. Si esa es la tónica en las empresas japonesas, lo más seguro es que las revistas que publican manga no sean un paraíso donde trabajar sea fácil y sin presiones.

Cabe destacar que las condiciones de trabajo en la industria del manga son conocidas por ser extremadamente duras y exigentes. Los trabajadores de la editorial Shueisha, que produce la popular revista de manga Shonen Jump, no son una excepción. A pesar de ser la editorial más grande de Japón y una de las más importantes del mundo del manga, los trabajadores de la Shonen Jump enfrentan una carga de trabajo pesada y presiones constantes para cumplir con los plazos de entrega.
El manga, como ya conocemos, es un producto cultural que se consume masivamente en Japón y en todo el mundo. Las revistas de manga, como la Shonen Jump, son publicaciones que contienen varios capítulos de diferentes series de manga. Estas publicaciones son muy populares en Japón y en otros países, y son una fuente importante de ingresos para las editoriales de manga.
Sin embargo, la popularidad del manga tiene un costo para los trabajadores que lo producen. Los artistas de manga deben cumplir con plazos de entrega ajustados y producir una gran cantidad de páginas cada semana. Además, los trabajadores de la editorial deben revisar, editar y diseñar cada página, lo que agrega una carga adicional a sus responsabilidades.
Además, la Shonen Jump es conocida por su alta tasa de cancelación de series. Uno de los casos más sonados recientemente fue PPPPPP, pero no habría que olvidar series como Samurai 8, manga posterior a Naruto y del mismo autor que sufrió su cancelación, pese a que la fama del autor era alta y aparentemente podría significar la permanencia en la revista; o el caso de Shaman King, que también tuvo problemas en la etapa final del su publicación. Esto significa que los artistas y los trabajadores de la editorial tienen que trabajar aún más duro para asegurarse de que una serie tenga éxito.

Los asistentes de los mangakas más conocidos, encargados de trabajos de entintado, hacer las luces y las sombras, los fondos y las multitudes de personajes, limpieza de paneles y mucho más, cobran aproximadamente 180 000 yenes mensuales (unos 1500€), lo que quiere decir unos 1125 yenes por hora. Esto los sitúa solo un poco por encima del salario mínimo interprofesional en Japón (que son aproximadamente 1000 yenes por hora, variando según la prefectura).
Puede parecer que no es poco y que está bien, sin embargo, significa vivir al límite, ya que el salario mensual medio japonés es de 429.500,75 yenes, es decir, ganan menos de la mitad del salario medio del país. Por supuesto, la cantidad varía según el mangaka y el número de asistentes que tenga, como por ejemplo el autor de Hunter X Hunter, Yoshihiro Togashi, que les daba un extra anual a sus asistentes.
Son conocidos los casos de los horarios de Masashi Kishimoto (autor de Naruto) que trabajaba de 00 a 6:00, dormía de 6:00 a 9:00, volvía al trabajo de 9:00 a 13:00, comía en una hora, y de nuevo de 14:00 a 23:00 volvía al trabajo, para cenar y ducharse en la hora siguiente, antes de volver al trabajo; es decir, 19 horas de trabajo diario. Y de Eiichiro Oda, que trabajaba de 5:00 a 2:00, tomando pequeños descansos; es decir, trabajaba diariamente, aproximadamente 20 horas.

Sin embargo, nos interesan más los casos de los asistentes de los mangakas, como el caso que señala K. D. Wilson en Mangascout: «Shuho Sato, mangaka de Umizaru, solía ser asistente de Nobuyuki Fukimito. Trabajaba unas 20 horas al día y dormía una o dos. Fukimito le pagaba únicamente 200 yenes (1,28€) por hora, sin horas extras. A raíz de esto, Shuho decidió convertirse en mangaka. Hoy en día, les aumenta el sueldo a sus empleados dos veces al año. Además, sus empleados reciben al año un bono que se corresponde al sueldo de cuatro meses de trabajo. También les da vacaciones, trabajan cinco días a la semana y cubre sus seguros de salud».
Otro caso fue el que ocurrió entre el mangaka Norifusa Mita, autor de Dragon Sakura e Invester Z, y su asistente, Shunsuke Kakuishi, que tras estar más de once años trabajando para el autor admitió en su blog que pese a que Mita decía que no había horas extras trabajadas, en realidad sí que las había, y generalmente todos los días. Tras esto, en 2017, Kakuishi decidió parar de trabajar para Norifusa, haciendo públicas sus condiciones laborales.
A pesar de los altos niveles de productividad y éxito de la Shonen Jump, los trabajadores enfrentan una serie de problemas laborales. Según informes, los trabajadores de la editorial Shueisha tienen que trabajar largas jornadas y los plazos de entrega son extremadamente ajustados. A menudo, los trabajadores deben trabajar horas extras y los fines de semana para cumplir con los plazos.
La presión para cumplir con los plazos y producir trabajo de alta calidad puede ser abrumadora y puede llevar a un ambiente de trabajo altamente estresante. Además, parece ser que las revistas manga tienen una política de no contratar a trabajadores a tiempo completo. En su lugar, la editorial contrata a trabajadores a tiempo parcial y los emplea durante largos períodos de tiempo sin proporcionarles los beneficios de un trabajador a tiempo completo, como seguro médico y vacaciones pagadas.

A menudo, los trabajadores a tiempo parcial no tienen un salario estable y deben emplearse en varios trabajos para ganarse la vida. La situación de los trabajadores de la Shonen Jump ha sido objeto de preocupación por parte de los defensores de los derechos laborales. La organización de defensa de los derechos de los trabajadores japoneses, Zenkoku Ippan Tokyo General Union, ha expresado su preocupación por las condiciones.
Pero, ¿y qué puedo hacer yo? ¿Qué papel tenemos como lectores? No tenemos una respuesta que resuelva el problema; por desgracia, Japón es un país que nos queda demasiado lejos como para repercutir en la toma de decisiones de las grandes empresas de manga japonesas.
La decisión la tienen que tomar los trabajadores de las revistas junto a los lectores: los primeros organizándose en sindicatos y los segundos apoyándolos y no presionando para que salgan capítulos semanales o mensuales. Quizá un capítulo de manga necesita más tiempo que el determinado, que tanto presiona a los autores. Por lo tanto, se debería luchar por un trabajo más digno y que respete a los trabajadores.

Por nuestra parte, también tenemos que apoyar estas decisiones y fomentar que los autores y sus equipos descansen más y sobre todo no enfurecer cada vez que un mangaka decide parar su obra por problemas de salud, al contrario, debemos desearle el mejor descanso posible y apoyarlos. El mejor trabajo es el que se hace con calma y sin presiones.
Esperamos que este artículo os haya abierto los ojos a lo compleja y dura que puede ser la industria del manga, ¿sabías que se daban estos abusos en las obras que tanto nos gustan? Os leemos en comentarios y por Twitter. Podéis seguirnos en Twitter, Instagram, Twitch o en nuestro canal de Discord. ¡Recordad que también tenemos Patreon! ¡Nos leemos en la próxima!