¡Siempre es un placer encontrarnos, seguidores de Hanami Dango! Aunque el tema que nos reúna, sea uno que nos mosquea e irrita. Porque sí, hoy venimos a compartir nuestra opinión —como siempre—, pero también nuestro enfado. Y lo peor, es que en realidad el manga protagonista de este post ni siquiera nos ha parecido malo. En fin, que empezamos ya a explicarnos: dentro la crítica a Más que amigos, la última incorporación BL al catálogo de Arechi Manga.

Título: Más que amigos (Tomodachi Ijou no Koto, Shitai).
Autora: Tomo Kurahashi.
Traducción: Sandra López.
Editorial: Arechi Manga.
Género: boys love, romance, slice of life, smut
Páginas: 160 páginas.
Precio: 9,95€
Esta historia tiene un tropo que hizo que los ojos de la redactora al cargo se llenasen de estrellitas al más puro estilo anime: es un childhood friends to lovers. Es decir, la dinámica entre sus protagonistas es la de mejores amigos de la infancia que se enamoran. Un clasicazo cuquísimo que suele regalar muy buenos momentos.
Y en realidad así ha sido también en Más que amigos. Suga y Hara son un par de universitarios que llevan medio año compartiendo piso… pero amistad desde que eran dos renacuajos. Son inseparables, el tipo de amigos que todo el mundo concibe como pack. Aunque en realidad son mucho más que eso: los dos están enamorados del otro.
La manera en la que ambos están construidos, como personajes y, en concreto, dentro de su trama de relación, está guay y enseguida empatizas. Porque, ¿quién no tendría miedo a perder a su mejor amigo? ¿Quién no preferiría no arriesgar a mantenerlo en su vida? Al final, ese suele ser el gran tema de las historias con este tipo de dinámicas amorosas y Más que amigos cumple muy bien.

Ahora bien, Más que amigos es un claro «sí pero no». Porque sí que es una lectura agradable, que recomendaríamos y que tiene una relación cuqui, que nos muestra diferentes momentos de esta para que nos encariñemos tanto de su amistad como de ellos. Pero también tiene eso que ya parece también un tropo dentro del boys love: escenas sexuales sin consentimiento.
De hecho, ya no sin consentimiento, con muy claras negativas por parte de una de las partes. Con tensión, con lágrimas. En serio… ¿qué es lo bonito aquí? ¿Qué es lo idílico en una agresión sexual para que se romanticen tanto, para que se incluyan tan frecuentemente en las historias de romance sin el componente delictivo y deplorable que estos actos llevan intrinsecamente desde que se producen?
Porque una violación lo es aunque se esté enamorado, aunque se haya soñado con un momento así en el pasado, aunque nos quieran vender que luego la relación se establece sin ningún problema y todo es maravilloso. No está bien, no es bonito. Que una violación no es solo que un desconocido te fuerce en un callejón, es también que tu mejor amigo te meta mano aunque le pidas que pare porque tú no quieres que te haga eso. Porque es justo así el primer «acercamiento» más allá de la amistad que tienen Suga y Hara.

Desgraciadamente, no venimos a reivindicar nada nuevo. En nuestros post sobre ¡Buen provecho! ya hablamos también de este tema, hartos de lo habitual que es que situaciones así se produzcan dentro de las obras boys love.
No creemos que sea tan difícil crear historias de amor que sean genuinamente bonitas, que de verdad muestren amores sanos, cuidados. De hecho, fue algo que nos hizo valorar muy positivamente Sasaki y Miyano cuando comenzó a emitirse su anime, el ver con el respeto con el que se trataban en todo momento. Y lo preocupante es eso, que lo viéramos como algo tan destacable: por lo habitual que es no encontrarnos con cualidades así en los personajes.
Por no decir que Tomo Kurahashi, una mangaka que cuenta ya con un nutrido número de obras BL en su haber, es también la autora de ¡Formemos una familia!, una historia muy pero que muy bonita. Una historia que, desde luego, no nos deja un sabor tan agridulce.
Os recomendamos Más que amigos si, como nosotros, ya parecéis estar acostumbrados a tener que fingir que esa parte no existe o si directamente no os importa que la haya. Porque el manga en sí es bonito… pero a nosotros, a parte de cada vez cansarnos más el hacer como que miramos para otro lado al juzgar una obra, obviando esta faceta, este tipo de escenas nos resultan desagradables al leer. ¿Qué pensáis? ¿Sois capaces de separar? ¡Contadnos!
LO MEJOR DE MÁS QUE AMIGOS: la dinámica entre sus protagonistas.
LO PEOR DE MÁS QUE AMIGOS: que romantice el abuso sexual.
Qué poquito nos gusta ponernos en plan destroyer, sobre todo cuando en realidad la obra no nos ha disgustado plenamente. Pero sentimos que debemos dejar de —valga la redundancia— dejarlo pasar. Que es hora de reivindicar historias bonitas o, al menos, en las que las conductas indeseables —porque, en serio, vosotros no deseáis pasar por algo así en vuestras vidas— no se romanticen. Seguro que lo sabéis, pero tenemos sección de comentarios y un montón de redes sociales en las que podéis trasladarnos vuestra opinión sobre todo lo que decimos… algo que nos encanta que hagáis. ¡Nos leemos en otra ocasión, seguidores de Hanami Dango!