¡Bienvenidos, seguidores de Hanami Dango! El inicio del milenio lo marcaron, al menos fundamentalmente y sobre todo para el público más mayoritario, tres obras: One Piece, Naruto y Bleach. Estas tres obras tienen algo en común: su predecesor, posiblemente la obra más importante de los 80 junto a Berserk, Dragon Ball.
Entre los 2000 y el día de hoy nacen obras muy particulares, que tienen su parecido con Dragon Ball como Hunter x Hunter, La ley de Ueki o Shaman King.
Viendo su final Naruto y siguiendo con su emisión la longeva One Piece ven la luz varias obras: SAO, My Hero Academia y Black Clover. Si bien está claro que todas las obras, y otras muchas que no citamos pero que siguen la misma estela, son fantásticas, se encuentran con dos problemas: Kimetsu no Yaiba y Jujutsu Kaisen, ya que pueden hacer parecer menos importantes a estas series. Hoy hablaremos de la segunda.
Desde el primer momento que se dio la serialización, momento en el que la obra llegó a más público y dio lugar a más comentarios, críticas y menosprecios, se empezaron a repetir dos tipos de comentarios: «me gusta más que el manga» y «tiene demasiados clichés». Este último fue dicho en multitud de ocasiones para tratar la obra con desprecio, sin embargo, es ahí donde se encuentra, entre otros factores que se irán comentando, su grandeza.
Gege Akutami, un mangaka de nuestra generación
El creador de Jujutsu Kaisen nació en 1992, lo que quiere decir que recibió a los big three entre los cinco y los diez años y, desde luego ha crecido, como muchos de nosotros, con esas obras. Por lo que es normal -si no deberíamos asustarnos- que tenga influencias de esas obras y de toda una tradición. Él mismo ha admitido la influencia de Bleach. Es indudable la influencia de Naruto, no solo por Gojo Satorū (ya que el autor dice que se inspiró más en Tobitake Tonbo), aun así tiene muchas características de Kakashi, las cuales son más que obvias y no hace falta, al menos por ahora, explicitar.


Por qué los clichés no son malos. O al menos no siempre
La literatura lleva viviendo de elementos heredados desde las primeras obras de nuestra cultura, el propio Homero crearía sus obras (sin entrar en la discusión de la autoría de la Ilíada y la Odisea) desde una tradición popular y por supuesto oral. Tampoco olvidemos la emulatio barroca, germen de obras únicas en dicho periodo, donde se entiende que es necesario conocer las obras que consideran genuinas y que están definidas como clásicas para así no solo poder llegar a realizar una obra que esté al nivel de estas (como se haría en la imitatio renacentista), si no que se intenta ir un paso más allá y estar en la cima.

Aquí ocurre lo mismo, tenemos varios elementos heredados («clichés»). Entre ellos: el protagonista es especial por alguna razón por ahora desconocida, da la casualidad que puede almacenar dedos de la maldición más poderosa y tiene unas capacidades atléticas fuera de lo común. Algunos ejemplos serían la fantástica imagen de Itadori con el rasengan, o el panel en el que Gojō habla de Digimon, poniendo el ejemplo de Skullgreimon para explicar una evolución hacia un lado maligno.
Todo esto podría ser malo si la ejecución de la obra no cambiase a mitad del primer episodio cuando el abuelo muere, solo y antes de decirle a Itadori cuáles son sus orígenes. Nuestro protagonista decide no querer morir de la misma manera, y este será el motivo de su lucha. Este girito hace que sea sencillamente genial, luchará para tener una muerte digna, a ser posible rodeado de los compañeros que se hayan sumado a su causa. Marca una diferencia más allá del hecho de caminar hasta ser el hokage o navegar en busca del One Piece.
¿Por qué esto es tan importante?
Porque humaniza. Nosotros sentimos la muerte muy cerca y es un miedo muy común, muchos nos esforzamos continuamente para conseguir ir un paso más allá, por vivir con tus seres queridos y, como consecuencia, no morir solos. Este momento será el punto de partida hacia una historia llena de carisma, sentimientos, un objetivo claro como meta (aunque se irá complicando) y algunas incógnitas relativas al personaje y las maldiciones.
El personaje femenino, qué cuestión
Kishimoto es un autor de máxima importancia por muchas razones, una de las más importantes es por cómo trata a sus personajes, en especial a las kunoichis. La mujer dejó de ser en manos del autor de Naruto alguien a quien proteger porque se le presupone más débil que al ninja común. Por ejemplo, no le tembló el pulso a Sakura cuando se cortó el pelo luchando, dejando de lado un valor estético, que a sus ojos le restaría «belleza», por salvar a sus compañeros.
Gege Akutami parte de lo anterior para dar un paso adelante en su visión, sin duda afectada por movimientos sociales como el feminismo. Ahora no tienen por qué prescindir de «su belleza» para poder mostrarse fuertes, sino que es algo totalmente compatible, como nos muestra continuamente Kugisaki Nobara y el resto de personajes femeninos.

Cuando la animación se hace arte
Todos tenemos claro lo que queremos ver en una publicación de este género, pero pocas veces se hace con tanto mimo como en Jujutsu Kaisen. La adaptación de MAPPA ha llevado las escenas de lucha a lo más alto dentro del anime durante 2020 y parte de 2021, teniendo en cuenta lo complicada que fue la situación para poder trabajar durante la pandemia, volver a ver esta animación nos alegró a muchos.
No podemos olvidar tampoco las animaciones tan especulares que han tenido las extensiones de dominio. Eran momentos claves y se han llevado a cabo de manera espectacular para que así lo sintiéramos, tenían que tener una animación al nivel y que realmente nos impactara. Esperamos que esta animación se mantenga para la película Jujutsu Kaisen 0: The Movie, basada en la precuela Tokyo Metropolitan Curse Technical School (recopilado en el Tomo 0) y con estreno el 24 de diciembre en cines japoneses, coincidiendo con el Desfile Nocturno de los Cien Demonios que ocurre durante la obra.
El entendimiento por parte de Akutami de cómo funcionan los clichés y la naturalización que ha llevado de estos en su obra, sin mostrar complejo de ellos, son junto a su tratamiento de los personajes, mostrando sus debilidades -tanto físicas como mentales- es, sin lugar a dudas, lo que hace que esta obra se sitúe en una de las más importantes y más seguidas del momento.
No sabemos si se situará como una obra clásica, al nivel de las ya mencionadas, o las superará, eso lo decidirá el tiempo, pero todo este conjunto hace de Jujutsu Kaisen el shōnen que necesitábamos.
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