¡Muy buenas! Estamos de nuevo por aquí con una recomendación manga que os va a hacer vibrar muy intensamente. Vamos a hablar de una obra escrita y dibujada por el reconocido mangaka Shuuzo Oshimi. Y sí, estamos hablando de Rastros de Sangre. Este manga, también conocido como Chi no Wadachi, se publicó en Japón entre 2017 y 2023, contando con un total de 17 tomos recopilatorios. En España está licenciado por la editorial Milky Way Ediciones, quienes han publicado ya todos y cada uno de sus volúmenes.
Esta historia tiene como protagonista a Seiichi Osabe, un joven de 13 años que nunca lo ha tenido fácil para tener una buena vida social. Esto es debido a que la sobreprotección de su madre, Seiko, ha hecho mella en él, convirtiéndolo en un chico poco autosuficiente. No obstante, él vive con total normalidad gracias al gran amor que procesa por ella. Pero todo esto cambia un día en que la ve hacer algo que jamás se habría podido imaginar… ¿Seguirá creyendo en su querida madre o se verá obligado a abrir los ojos ante la realidad?

El primer contacto que muchos y muchas tuvimos con este peculiar autor fue la que es sin duda su obra más conocida, Las flores del mal (más conocida como Aku no Hana). Una obra que hablaba sobre adolescentes que estaban, bueno, viviendo un desarrollo emocional un poco complicado, pero contada de la manera más turbia y perturbadora posible. Y teníamos bastante claro que este manga no iba a ser menos.
Una de las cosas que más te pueden llamar la atención de primeras de este manga es el dúo protagonista y su relación: una madre y un hijo con una clara dependencia generada, evidentemente, por parte de ella. Esto nos hace pensar: ¿hasta qué punto pueden tus padres condicionar tu vida, tus pensamientos, tu manera de ser, tu forma de actuar o el cómo socializas? Y es aquí cuando, más allá de que simplemente elijan lo que vas a comer ese día o hasta qué hora puedes quedarte fuera de casa, entra la manipulación.
En este caso, cuando hablamos de sobreprotección, no hablamos realmente de que no te dejen salir solo a la calle o te llamen al móvil cada hora, sino más bien de volverte prácticamente una posesión para ellos. No quieren que tengas amigos, ni mucho menos pareja. Ellos quieren tu plena felicidad, siempre y cuando obedezcas y te portes bien. Debes mostrarles tu afecto y continuar con todo lo que han designado para ti y para tu futuro.

Aunque en el manga se plasma de una manera exagerada e inquietante, toda esta reflexión es la base para una abrumadora crítica social que el autor nos ha querido expresar desde lo más hondo de su corazón. A lo largo de sus 153 capítulos, podremos observar una evolución emocional y personal de nuestro joven Seiichi que no sabríamos ni cómo describirla. Quizás la palabra que va más acorde sería «sufrimiento».
Tampoco podemos olvidar lo que te condiciona para toda tu vida el haber vivido una experiencia traumática. Y en el caso de nuestro protagonista, no vive ni una ni dos precisamente. Que este manga nos permita observar la decadencia de una persona por cosas que de verdad no ha hecho él representa muy bien la frase de: «Las personas vamos al psicólogo por culpa de aquellos que son los que deberían ir».
Estos son tan solo algunos de todos los temas que trata esta obra. Con la gran cantidad de tomos con los que cuenta, os podréis imaginar que tiene mucho que ofrecer, hará que os vuele la cabeza y os hará pensar, reflexionar y, quién sabe, igual os sentís identificados en más de una ocasión.

Si nos centramos en otros aspectos, una de las cosas que más caracterizan al estilo narrativo de Shuuzo Oshimi podría resumirse en «lo bueno, si breve, dos veces bueno». A diferencia de muchísimos autores a los que les encanta escribir y desarrollar sus pensamientos a base de diálogo, en los mangas escritos por él podemos observar conversaciones mucho más escuetas, dando una sensación mucho más auténtica y realista, ayudando a ver a los personajes como a personas de verdad.
La magia de este mangaka se basa muchísimo más en las situaciones que crea, en las relaciones que forma entre los personajes y en la manera en la que juega con el dibujo y la realidad que en diálogos interminables y difíciles de leer y de entender. Muchas veces en la simpleza está la clave.
Y, hablando del dibujo, también se trata de algo muy a tener en cuenta. Si hay algo que a muchos nos encanta de un autor es cuando tiene un estilo artístico muy marcado, y este es uno de esos casos. Los diseños de sus personajes, el trazado de los fondos, las expresiones faciales… Es uno de esos artistas a los que se les reconoce a kilómetros.

¡Pues hasta aquí la recomendación de hoy! Esperamos de verdad que os haya llamado la atención este manga cargado de suspense y oscuras emociones y que le deis una oportunidad, puesto que pensamos que vale realmente la pena.