Apreciados lectores, Japón quiere hacernos ver que el amor es para la primavera. Solo así se entiende que hayamos tenido unos meses tan abarrotados de comedias románticas. De entre todas ellas, en la recomendación de hoy os vamos a hablar de My Love Story with Yamada-kun at Lv999. Pese a la fiera competencia, ha logrado posicionarse como una de las series favoritas de la temporada. ¿Cómo lo ha conseguido? Os lo contamos.
La serie sigue los pasos de Akane, una universitaria a la que acaban de romperle el corazón. Resulta que su novio la ha dejado por una chica que conoció en un mmorpg online. Juego al que Akane también se había apuntado precisamente para hacer alguna actividad junto con su pareja. Pese al mal trago, gracias al videojuego conseguirá crear lazos con gente nueva. Entre ellos, Yamada, un compañero de gremio de pocas palabras y un poco hosco que esconde un corazón mucho más amable de lo que aparenta.
Del mundo virtual al mundo real
Si esperabais un romance con un alto componente virtual, un poco al estilo de Recovery of an MMO Junkie, os vais a llevar un desengaño. El videojuego sirve como punto de partida, ya que propicia que la protagonista conozca gente alejada de sus círculos sociales habituales. Sin embargo, las relaciones se desarrollan mayoritariamente en el mundo real. Dentro del mundo online, las interacciones entre personajes tienen más bien carácter anecdótico —exceptuando la de Akane con la Princesa Ruri— y varios de los personajes apenas hacen acto de presencia en su versión avatar.
Aun no siendo muy relevante para el devenir de la historia, el componente virtual sirve como excusa para juntar a dos protagonistas con contextos diferentes. Ella es universitaria, trabaja a tiempo parcial y sale por ahí a emborracharse. Él es estudiante de instituto, da clases particulares y además es gamer profesional. Por sus edades, es un emparejamiento que saca a la serie de los patrones más habituales. Sobre todo si tenemos en cuenta que la chica es la mayor, algo que, lamentablemente, se ve poco. No es del todo un romance escolar, pero tampoco uno adulto. Con esto, el anime consigue no encasillarse en los esquemas de una categoría concreta.
Aun así, difícilmente la podemos considerar una historia novedosa o especialmente ingeniosa. Entre otras cosas, porque echa mano de tropos típicos, como el episodio del festival escolar, el del resfriado o la aparición de una rival amorosa. Además, el desarrollo de la trama no deja de ser bastante sencillo y no ahonda en complicaciones excesivas ni busca giros de guion enrevesados. Sin embargo, gracias a su simpleza, logra un desarrollo mucho más natural.
Cuando la simpatía campa a sus anchas
En toda buena comedia romántica que se precie, los personajes son el eje fundamental. Algunas obras optan por darles trasfondos elaborados o emociones complejas. En esta se toma de nuevo una ruta más sencilla y se pone el énfasis en el encanto de los personajes. De una u otra manera, todos tienen un toque adorable y se hacen querer. Incluso Yamada, que al principio deja una impresión un poco insípida —porque es más soso que un palo—, acaba mostrando sus encantos y haciendo que te encariñes con el personaje.
El carácter simpático de sus personajes y el tono de la trama —cómico y emotivo, pero no dramático— hacen de esta una serie muy ligera. Es decir, el ambiente es casi siempre jovial y la comedia está presente de forma prácticamente continua. En el apartado humorístico destacan las divertidas expresiones faciales y reacciones de los personajes. Con especial mención a los avatares, que por su diseño caricaturesco son una fuente constante sonrisas. Es realmente gracioso ver cómo las expresiones de estos se trasladan a los personajes en el mundo real.
Con todo, la serie no se olvida de dedicarle su merecido tiempo a los momentos más emotivos. Lo hace con escenas que suelen ser de carácter más introspectivo. En ellas, el tiempo se ralentiza y todo el foco se pone en mostrar las emociones florecientes de los personajes, en una escena acompañada de una música intensa y pertinaz. Estos momentos sirven como contrapunto perfecto al tono general ligero del anime. Gracias a ellos, en todo momento tenemos presente que esta es una historia de amor.
Una serie que te camela
Todo lo que hace My Love Story with Yamada-kun at Lv999 es usar ingredientes básicos y muy comunes dentro del género. Sin embargo, el resultado entra muy bien por los ojos y engancha muchísimo. Esto es gracias a lo bien llevado que está el ritmo de la historia, que en ningún momento deja que pierdas el interés.
Mientras la comedia mantiene al espectador entretenido, el romance se va construyendo peldaño a peldaño. Lo hace de forma que cada final de capítulo te deja con la miel en los labios, invitándote a pasar al siguiente para descubrir cuál es el próximo paso de la trama. Es toda una trampa para aquellos despistados que hayan llegado aquí buscando un anime para pasar al rato.
El buen funcionamiento de la serie hay que achacárselo al equipo reunido por Madhouse para la ocasión. Si bien el estudio ha tenido épocas mejores, para este trabajo han juntado a uno de sus equipos estrella. Nos referimos, sobre todo, al trío formado por el director Morio Asaka, el diseñador de personajes Kunihiko Hamada y al director artístico Tomoyuki Shimizu. Esta gente es responsable de animes tan potentes como Nana, Chihayafuru o la mismísima franquicia de Cardcaptor Sakura. Además, a ellos hay que sumarles otros importantes miembros del staff como puede ser Yasuhiro Nakanashi, que se ha encargado de adaptar el guion, al igual que lo hizo en otra comedia romántica de categoría como es Kaguya-sama: Love is War.
Con un equipo de exponentes en el género como este, la puesta en escena tiene que funcionar casi por necesidad. Y si bien la serie no cuenta con una animación espectacular, el dibujo sí que llama poderosamente la atención. En especial, a nivel de diseños, que son sencillos pero muy atractivos. También cuenta con un apartado artístico bastante bonito.
Además, cabe mencionar lo mucho que la serie modula el tono de cada escena con los fondos, que cambian constantemente y apenas representan el escenario real. Su objetivo principal es enfatizar la emoción o el carácter de la escena, normalmente con patrones, texturas y otros elementos abstractos, independientemente del lugar en el que se encuentren los personajes. Llevan a cabo el mismo trabajo que la música, pero desde el apartado visual.
Conclusiones
Podría decirse que estamos ante una comedia romántica más, pero no estaríamos siendo del todo precisos. My Love Story with Yamada-kun at Lv999 es el perfecto prototipo de comedia romántica. Es sencilla en su planteamiento y ligera de contenido, pero no hay que entender estos adjetivos como algo negativo. Gracias a que es como es, se ha convertido en uno de los animes más fácilmente disfrutables de la temporada.
Si quieres un anime que sepa encandilarte, esté bien llevado y sea capaz de dejarte un muy buen sabor de boca, sin mayores pretensiones, nuestra recomendación va para My Love Story with Yamada-kun at Lv999. Quienes están algo saturados del género quizás no la encuentren tan interesante, pero estamos convencidos de que tiene lo necesario para seducir a la mayor parte del público.
Primavera de 2023 ha sido una buena temporada de anime. Si no nos creéis, echadle un vistazo a los artículos que estamos sacando estos días comentando algunas de las series que más nos han gustado. Podéis seguirnos en las redes sociales para estar enterados, pero os recordamos que también os podéis suscribir a nuestra newsletter. ¡Hasta la próxima!
