¡Bienvenidos seáis todos, queridísimos lectores de Hanami Dango! Para el día de hoy os hemos preparado la recomendación de un anime de esos que parecen pasar un poco desapercibidos pero que es todo un tesoro escondido, de los que guardas con ternurita en el fondo del alma: Tsuki ga Kirei. Se estrenó en 2017 y desde entonces no ha bajado posiciones en la lista de animes más queridos de la redactora que suscribe esta recomendación.
Título: Tsuki ga Kirei, as the moon, so beautiful.
Director: Seiji Kishi.
Estudio: Feel.
Número de episodios: 12.
Género: romance, escolar, drama, slice of life.
Año: 2017.
Plataforma: Crunchyroll.
Kotaro es un estudiante aficionado a la lectura y que aspira a convertirse en novelista. Akane es una chica de su misma clase, aunque es una deportista a la que le encanta correr. Juntos estarán a cargo del material del festival deportivo, y esta relación en un inicio de clase, irá haciéndose cada vez más estrecha gracias a su interacción por LINE.
¿Cómo lidiará Kotaro con los nuevos sentimientos que alberga hacia Akane? ¿Y qué ocurrirá con Takumi, que ha estado enamorado de Akane desde hace mucho tiempo? ¿Cómo tratará Akane a su amiga Chinatsu cuando esta se interese por Kotaro?
¿De qué trata?
Tsuki ga Kirei nos presenta a Kotaro y Akane, dos estudiantes de secundaria a los que acompañaremos a vivir la ternura del primer amor. Kotaro es un chico tranquilo, tímido y reservado, al que su amor por la literatura lo lleva a soñar con convertirse en escritor. Akane, por su parte, parece más extrovertida y alegre, siempre dándolo todo en el equipo de atletismo. Las obligaciones de la vida estudiantil les llevan a compartir sus números de móvil y, poquito a poco, sus conversaciones a través de la app Line se van convirtiendo en la parte más dulce del día a día de ambos.
El vínculo que va surgiendo entre ellos no es el de un amor a primera vista. Surge de una forma sencilla y paulatina, creciendo sin prisa pero sin pausa. Más que un fuego repentino que arde tan rápido como luego se apaga, su chispa se va encendiendo en lo cotidiano y va convirtiéndose en el calor del hogar.
Kotaro está acostumbrado a luchar sus batallas en solitario. Encontrarse con el apoyo incondicional de Akane cuando al final del día termina agotado, tratando de estudiar y de sacar adelante su sueño de ser escritor es un bálsamo para el corazón —para el suyo y para el nuestro—.
Por su lado, Akane lucha con sus inseguridades a diario. Siempre lleva consigo un muñeco antiestrés para aliviar su ansiedad. La forma en que Kotaro va poquito a poco aportando su granito de arena para aumentar la confianza en sí misma de Akane resulta cuando menos inspiradora.
Tampoco podemos perder de vista a esos personajes secundarios que tanto enriquecen esta historia, con todo lo que aportan en el crecimiento emocional de nuestros protagonistas. Para empezar, la hermana de Akane, a base de comentarios mordaces y secretos no guardados, la pone de frente a la realidad y la obliga a enfrentarse a ella. En el lado de Kotaro, nos gustaría destacar a Roman que, con su desparpajo, nos ha sacado más de una sonrisa. No nos olvidamos tampoco de hacer una mención especial a Chinatsu y a Hira, pero en esta recomendación de Tsuki ga Kirei, creemos que es mejor no entrar en detalles para evitar spoilers.
Lo que hace tan especial a este anime
Podemos hablar de los miles de detalles que tiene Tsuki ga Kirei que lo hacen tan especial. Destacar una dirección artística que es maravillosa, usando una paleta de colores suaves que se ha utilizado logra crear la atmósfera perfecta para la obra. Podríamos hablar de que los escenarios de la vida cotidiana de nuestros protagonistas se han plasmado de la manera perfecta. Y decir también que la banda sonora es ideal para el mensaje que se nos quiere transmitir: dulce, melancólica y honesta.
Pero, sinceramente, es el lado sentimental de Tsuki ga Kirei lo que hace que esta recomendación nos salga directamente del corazón. Su capacidad para transmitir las emociones más intensas con los gestos más mínimos logra conquistar incluso el corazón del espectador menos sensiblero. Este anime te hace sonreír con la sencillez de las cosas auténticas, sin exageraciones.
En esta historia escolar acompañamos a Akane y Kotaro en su tímido acercamiento, con todas esas dudas, las ansias, la timidez y la ilusión del primer amor. Pero Tsuki ga Kirei no pierde de vista todo lo que también es de absoluta importancia para todo adolescente: el apoyo de la familia, la amistad, los estudios y la diversión.
Y si hay algo que hace especialmente único a este anime es esa manera tan especial que tiene de fotografiar con exactitud esos momentos tan importantes que todos hemos vivido alguna vez. Esas miradas que se lanzan nuestros protagonistas, que apenas duran segundos, y aun así, en ese momento, tienen el valor de una vida entera. Esos mensajes que llegan al móvil y que, de pronto, tienen más importancia que la nota de cualquier exámen. Por no hablar de la incomodidad de las primeras conversaciones en persona: el no saber bien qué decir, el miedo a meter la pata, la pregunta constante de qué pensará el otro…
Tsuki ga Kirei logra crear un retrato tan tierno como dulce de un primer amor perfectamente real. Nos recuerda de una forma tranquila y cotidiana lo intensos a la vez que frágiles que son los sentimientos, sobre todo en la adolescencia. Y lo hace de una forma única e inolvidable.
Nuestra conclusión
Tsuki ga Kirei nos cuenta la historia de un primer amor que abarca más de lo que parece a simple vista. No solo nos muestra los sentimientos de los dos protagonistas, sino también su vida en la sociedad y su relación con las tradiciones. Gracias a las actividades de Kotaro en la asociación del barrio se nos muestra ese fuerte compromiso japonés de mantener vivas las tradiciones y los lazos con la comunidad.
Los eventos culturales a los que acompañamos a Akane y a Kotaro aportan a la obra un precioso trasfondo cultural, que hace más fuerte ese contraste que está presente en todo momento entre lo íntimo de su relación y la importancia de sus vínculos con su entorno. Además, a través de este viaje emocional, vamos viendo cómo nuestros protagonistas van creciendo —aparte de como pareja— como personas independientes que forman parte de algo mucho más grande que ellos mismos: la sociedad en la que viven y sus valores.
En resumen, no dudamos en insistir en esta recomendación que Tsuki ga Kirei es uno de esos animes que todo el mundo debería ver, aunque sea una vez en la vida. Entre otras muchas cosas, porque nos recuerda algo sumamente importante: que el amor crece sobre todo en los pequeños gestos del día a día. ¿Vosotros aún no le habéis dado una oportunidad, o ya es uno de vuestros animes de confort? Nos encantaría leer vuestros comentarios, ya sea por aquí o a través de nuestras redes sociales. ¡Un abrazo para todos!
